El inglés Clifford Joseph Price (a.k.a. Goldie) regresa a la palestra nada menos que 19 años después de su último disco largo, al menos si nos refrerimos a los firmados bajo el pseudónimo de Goldie. Habiéndose convertido en los 90 en uno de los productores más solicitados, referenciales y activos de la escena drum'n'bass internacional, su valía quedó plasmada en aquel magistral Timeless de 1995 y en el siguiente y mucho más experimental Saturnz Return de 1998, además de sus incontables colaboraciones con bandas de la escena de la época. Journey Man, al que él mismo ha tildado de "hermano mayor del Timeless", nos ofrece dos horas de música (editado en formato doble cd) en las que bucear, disfrutar y recordar el porqué de la grandeza del co-fundador del imbatible sello Metalheadz.
Puede que a estas alturas tanto el jungle, como el drum'n'bass, el trip-hop o incluso ese estilo salido de las fiestas electrónicas ilegales de finales de los 80 y principios de los 90 en Inglaterra llamadas rave, tengan muy poco que ver con la actualidad musical de nuestros días (salvando excepciones como la de The Prodigy), pero también es innegable que la calidad, la elegancia, la crudeza y la versatilidad de Goldie sigue tan precisa y emocionante como antaño y eso es algo que no podemos dejar pasar por alto. Rodeado de todo tipo de colaboradores estelares y retomando el testigo que él mismo dejó huérfano hace casi 20 años, Journey Man es una maravilla sonora que mezcla la auto-indulgencia y el ejercicio de nostalgia de manera magistral, dando como resultado una obra que es capaz de ponerse a la altura de sus dos predecesoras, mirarlas cara a cara y cerrar una trilogía que puede catalogarse, como mínimo, de obra maestra integral.
La capacidad de Goldie para elevar y fusionar el d'n'b vuelve a ponerse sobre la mesa en este Journey Man deleitando al personal con su personal visión del estilo. Una visión que lo llevó a exponer la etiqueta sobremanera en los 90, tanto por cuenta propia como desde su sello Metalheadz en el que tenían cabida gente como Photek, Alex Reece o Grooverider entre otros, volviendo a las andadas con una resolución de lo más favorable y disfrutable. Con temazos tan descaradamente enormes como esa versión del clásico de Pat Metheny titulado Tu Viens Avec Moi? o la excesiva (en el buen sentido de la palabra) Redemption de más de 18 minutos con la da comienzo el segundo cd del álbum (sin llegar a la cotas de Mother en la que el inglés gestó un tema de 75 minutos), Journey Man es un disco en el que perderse (durante dos horas) y disfrutar de los dejes, los tics y los clichés más clásicos e inconfundibles de Goldie emergiendo como lo que es, uno de los artistas electrónicos más valiosos de nuestra época.
Puntuación 9