martes, 28 de febrero de 2017

ZEAL & ARDOR (2017) Devil Is Fine


En un momento artístico musical y cinematográfico en el que los revivals, los remakes y lo retro están a la orden del día cuestionando claramente la creatividad y todavía más la originalidad de los artistas, dato que no lanzo como acusación o crítica sino más bien como apunte generacional, cuesta encontrar obras tan  potentes como la última maravilla visual de Dennis Villeneuve, Arrival es para mí una de la películas más importantes de mi vida, o éste inclasificable debut que podemos encontrar bajo el misterioso nombre de Zeal & Ardor y que responde al indicativo título Devil Is Fine, un ejercicio de fusión tan original, arriesgado y sorpresivo como único e hinótico.

 

Estaremos todos de acuerdo en que Manuel Gagneux, nacido en Suiza y afincado en Nueva York, no ha creado nada nuevo, eso es evidente. Tanto sus delirios electrónicos (Sacrilegium I), como sus adicciones al soul y al gospel (Devil Is Fine), o sus aderezos blackmetaleros (In Ashes), muestran diversas facetas musicales conocidas sobradamente por los mortales (eso ya sin comentar toda la parafernalia satánica y ocultista que envuelven sus líricas), pero hay que reconocerle que todavía nadie se había atrevido a mezclar ninguna de ellas con el acierto y el buen gusto que ha conseguido craftear en este breve (9 composiciones con un total de 25 mintuos de duración) aunque descomunal Devil Is Fine.

 

Apoyado en su gran mayoría de metraje en los cánticos derivados del soul y los coros gospel aderezando essa grandilocuencia y seriedad con blast-beats a todo trapo, desquiciantes sonidos metálicos y mantras líricos que se instauran en tu cabeza para no volver a dejarla jamás, Zeal & Ardor es la prueba irrefutable de que la fusión de estilos no conoce límites (ni debería conocerlos jamás) y que, en las manos correctas, el experimento se puede convertir en una experiencia de lo más reveleadora, inquietante y grandiosa. Y digo en las manos correctas porque tods sabemos que una cosa así en las manos equivocadas podría ser motivo de verguenza ajena.

Puntuación 8

viernes, 24 de febrero de 2017

KRISTIN HERSH (2016) Wyatt At The Coyote Palace


Las diferentes encarnaciones musicales de la Hersh siempre han sido de mi acentuado interés. Ya sea con su primer grupo en clave indie-rock llamado Throwing Muses, University de 1995 ha sido siempre uno de mis discos de cabecera, con sus minimalistas discos en solitario después del parón con los Muses a finales de la década de los 90 (a los que volvió a recuperar en 2003 y con los que ha seguido sacando discos desde entonces), su trilogía formada por Strange Angels (1998), Sky Motel (1999) y Sunny Border Blue (2001) es simplemente insuperable, o con su último proyecto rockero llamado 50 Foot Wave, en el que también participan componentes de los Muses, todo lo que pasa por la mano de la Hersh se convierte prácticametne en oro. Puede que no en un oro reluciente, súper vistoso y cegador, su extraño acercamiento musical hace que sus discos nunca sean carne de primera escucha (ni segunda), pero siempre es más divertido, interesante y enriquecedor cuando las cosas no son tan fáciles.

 

Siendo su útimo álbum en solitario del 2010 y pensando que lo suyo había acabado pasando a mejor vida, tengo que admitir que éste Wyatt At The Coyote Palace se me llegó a escapar el año pasado, una curiosa conjunción de situaciones me hizo volver a rebuscar en su discografía en solitario hace unas semanas llevándome la mayúscula sorpresa con éste Wyatt At The Coyote Palace del que todavía no me he conseguido apear. Lanzado como disco doble con un total de 24 composiciones en las que la Hersh es la única y absoluta protagonista junto a su inseparable guitarra acústica, la edición incluye un libro con las letras de los temas (todos relacionados con la muerte) con el añadido de que en algunos de ellos se adjunta alguna anécdota y alguna foto de la propia Hersh en la que explica (o intenta explicar) de alguna manera la letra de esa canción y su experiencia burladora de la muerte. Una manera de plantear el disco y la obra que nos acerca considerablemente a la figura humana y a la personalidad cotidiana de la Hersh. 

 

Wyatt At The Coyote Palace no es un disco fácil, como ya he comentado nunca ha sido así con ella, la formación de capas de sonido ambiental de fondo en algunas de las composiciones se hacen sumamente extrañas en las primeras escuchas, por momentos incluso incoherentes o descolocantes (sonidos varios), añadiendo un bizarrismo extra a sus ya de por si muy claroscuras aptitudes musicales capaces de romper convencionalismos sin ningún tipo prejuicio. Su densa, lenta, quieta y oscura personalidad, contrasta sobremanera con el dinamismo, la belleza, la fragilidad y la amabilidad de que tiene la Hersh a la hora de expresarse en una obra que entronca directamente con la trilogía nombrada más arriba llegando a los niveles de aquella después de casi 20 años de aquellos maravillos momentos musicales. Todavía recuerdo las sensaciones únicas que producen sus directos y espero poder volver a expermentarlas alguna vez más.

Puntuación 9

miércoles, 22 de febrero de 2017

RYAN ADAMS (2017) Prisoner


Después de un fin de semana en el que me he descubierto disfrutando del trap hasta límites insospechados en el concierto de Bejo (muy por encima de lo esperado) y Agorazein (muy por debajo de lo esperado) entre otros, empezar la semana con un clásico inmortal como Ryan Adams y su nuevo disco ha sido exactamente lo que me hacía falta. Prisoner toma el relevo de sus discos más sentimentales (Love Is Hell, 2004 y Heartbreaker, 2000) para desnudarse al máximo después de concluir su tortuosa relación con la actriz Mandy Moore de la que se acabó separando el pasado 2015 después de 6 años de matrimonio.

 

Un disco que expone sus líricas claramente entre la ruptura, las decepciones, las mentiras y la vida en pareja tomando sus propias experiencias como referencia y vistiéndolo todo de un carácter americana-folk al más puro estilo Bruce Springsteen. Es evidente que Springsteen ha sido y segue siendo un refrente ineludible en el estilo de Adams, canciones como Haunted House o la propia Prisoner dejan sumamente claro que todavía lo es, pero tambiñen es bien cierto que la propia personalidad, el carácter y las formas de Adams sobrepasan siempre las influencias para entregarnos un trabajo único e intransferible capaz, siempre, de estar a la altura de sus grandes clásico y convertir la simple escucha de un disco suyo, en una experiencia tan valiosa y enriquecedora como las del hijo pródigo de Nueva Jersey.

 

Más allá de sus delirios metaleros (solamente hay que ver el parche de Emperor que lleva su chaqueta en la contraportada del álbum homónimo de 2014 o las camis de Saint Vitus y D.R.I. que luce en las fotos que os pongo) y de sus versiones mainstream de Taylor Swift (su anterior disco era un cover-album al completo del exitoso 1989 de Taylor Swift), Ryan Adams sigue ofreciendo sólidos álbums de rock atemporal (tanto sea a través del folk-america (Ashes & Fire, 2011) como del country (29, 2005) o del indie (1984, 2015) éste hombre acierta siempre de pleno) en los que poder disfrutar sin medida del clasicismo sonoro que lo caracteriza (dejando siempre el listón muy arriba en todas sus facetas) y de la desmesurada calidad como letrista que atesora exponiéndose como uno de los mejores y más prolíficos escritores de su generación, sino el mejor. A la espera de un álbum enteramente metalero de Adams seguiré acudiendo a sus discos con las mismas ganas que a las joyas insuperables de Slayer de mediados de los 80 y principios de los 90.

Puntuación 9

jueves, 16 de febrero de 2017

BLUE ÖYSTER CULT (1981) Fire Of Unknown Origin


Y para seguir demostrando mi sorprendente eclecticismo musical (con el que hasta yo mismo alucino en circunstacias como ésta), después de elogiar un disco tan fijado en nuestro tiempo actual y sodradamente importante para la juventud de nuestros días, además de estar ancalado en un estilo absolutamente novedoso y emergente como es el trap, hoy toca retroceder nada menos que 36 años (por aquel entonces tenía yo 3 añitos) para disfrutar de una de esas obras maestras indiscutibles de la década de los 80 y, posiblemente, uno de los mejores discos de los muy interesantes Blue Öyster Cult. Toca hacer el carca un poco.

 

Las cosas no pasan simplemente por que sí, las cosas pasan por que el universo musical se pone de acuerdo para que ocurran y, de esa manera, convertirse en conjunciones cósmico-musicales de un valor incalculable, me explico. Blue Öyster Cult es una de esas banda de rock setenteras que tantas y tantas veces he pensado en escuchar, pero que, por h o por b, (en este caso hubiera hecho falta que alguien me hubiese guiado a través de su amplia discografía destacando sus mejores discos para darles cera) nunca había empezado a hacerlo. Pues bien, una vez confirmados para el Rock Fest de este año en Barcelona y ya con el punto de mira fijado en sus discos (sin todavía saber por donde empezar) resulta que llego a casa de Javi Tupa y me encuentro con que vende de segunda mano el sorpresivo Fire Of The Unknown Origin, octavo disco de la banda de Nueva York producido por el maestro Martin Birch (ahí es nada), firmante del sonido de bandas como Black Sabbath, Deep Purple, Fleetwood Mac, Whitesnake, Iron Maiden o Rainbow por nombrar algunos.

 

Como antaño, cuando íbamos a las tiendas de discos a disfrutar y escoger los discos por sus portadas, la carpeta de este Fire Of Unknown Origin llamó mi atención poderosamente y decidí llevármelo de casa de Javi para pincharlo y comprobar a lo que me estaba enfrentando y si realmente quería indagar a conciencia en la discografía de la banda para disfrutar de ellos como es debido en el próximo Rock Fest. Con mucho del proto-metal de la época y bastante del pop a la new wave de esos mismos años, BÖC consiguen dar vida a una criatura que brilla con luz propia y se posiciona claramente como uno de los mejores discos de su década y, sin lugar a dudas y después de haberle dado a varios de sus discos posteriores, la obra cumbre de los BÖC en los 80, de eso no hay duda.

 

Me gustaría destacar sobremanera la producción del disco, la cual es nítida y pulida hasta el infinito y con un carácter sci-fi y espacial acentuado por unas líneas de teclado absolutamente protagonistas durante todo el disco. Por otra parte la calidad de la base rítmica despunta también sobremanera con una potencia inusitada. El sonido del bajo es impresionante haciendo de él un disco a tener muy en cuenta para cualquier bajista que se precie. Todo está equilibrado, todo suena a la perfección y no hay nada que falte o que sobre convirtiéndolo en una obra maestra atemporal (por mucho que su sonido vintage esté sumamente presente) con la que poder disfrutar de una banda que, por mucho que no hubiera indagado en ella hasta el momento, tiene mucho que ofrecer con más de 10 discos de estudio en su haber y una retalía bastante larga de directos.

Como dato curioso comentar que gran parte de las composiciones del disco iban a estar destinadas a la banda sonora del filme de animación Heavy Metal, aunque finalmente la única que llegó a estar en dicha banda sonora fue Veteran Of The Psychic Wars (la cual no estaba pensada en un principio para aparecer en la película), co-escrita por el famoso escritor fantástico Michael Moorcock.

Puntuación 10

lunes, 13 de febrero de 2017

AGORAZEIN (2016) Siempre


Primero de todo pedir disculpas a los lectores por lo poco que frecuento el blog últimamente. Nada que ver con la falta de ganas, simplemente estoy enrolado en varios proyectos en éste preciso instante y eso hace que el tiempo que me quede para dedicarle a las Píldoras sea más bien poco. Aprovechando que hoy mismo he comprado mi entrada para el CaraB Festival de este Viernes, en el que me voy a encontrar con BSN Posse, 7 Notas 7 Colores, Bejo, Bad Gyal y Agorazein entre otros, ha llegado el momento de comentar ese descomunal Siempre del combo de (t)rap formado por C.Tangana, Sticky M.A., Jerv.agz, Fabianni y I-Ace.

 

Los únicos, los auténticos, los superiores Agorazein, un colectivo que levanta tantas pasiones como odios y que después de prácticamente 10 años dando el cayo dentro de esa burbujeante y cambiante escena musical llamada rap, se puede decir alto y claro que, en lo suyo, no hay nadie que les tosa. Siempre llega como uno de los discos más esperados del pasado 2016, un disco que después del gran Kind Of Red del 2011, un debut que se posicionaba como uno de los pepinos más gordos en cuanto a bases y más frescos en cuanto a rimas de la década actual, el último vástago de Agorazein fijo su punto de mira cruda y directamente en la escena trap con una puntería, una facilidad y una dominancia absolutamente aplastante. 

 

Dentro de una escena minada de aprovechados, lerdos, sobraos, freaks y artistas de tres al cuarto (puedo entender el cachondeo de Bejo pero no paso por las tonterías de Pimp Flaco y compañía por poner dos ejemplos claros), Agorazein brillan con una potencia y una calidad que queda a millones de años luz de sus congéneres. Tocando techo dentro del rap de manera indiscutible con su anterior largo (y los incontables proyectos del colectivo), con tan solo un disco claramente posicionado dentro de la escena trap (me refiero como AGZ de nuevo), han conseguido dejar en bragas hasta el más pintado (en la que hay muchos de esos) demostrando que se puede hacer trap de manera profesional y con una clase más allá de toda duda. 

 

Algo que ya habían demostrado los componenters de Agorazein en solitario durante los últimos 5 años es que el trap en sus manos estaba a otro nivel y Siempre es la culminación absoluta de esa idea llevada a niveles estratosféricos. Tanto en el apartado de los ritmos, con esos basones arrastrados súper sensuales e incluso sexualizados, como en el de las rimas, con unos estribillos y unas barras absolutamente irresistibles explotando la dicotomía del crudo-delicado hasta límites insuperables, la idea de llevar el trap a la vertiente más pop y accesible del estilo los ha coronado como los actuales e indiscutibles reyes de la escena del estado Español. No evoluciona dentro de la escena, no abre nuevas puertas, ni tampoco lo intenta, Siempre es simplemente trap al máximo nivel de excelenecia, un espaldarazo al estilo para confirmar la rotunda calidad y la necesaria madurez que es capaz de alcanzar en manos expertas.

Puntuación 9

martes, 7 de febrero de 2017

HORISONT (2017) About Time

Del revival setentero iniciado la década pasada, he de admitir que mis bandas fetiches han sido siempre Graveyard, Orchid y Horisont. Siendo estos últimos los que más números tenían de llegar al top de mis preferencias gracias a esa descomunal obra maestra atemporal cargada de imaginería sci-fi y enormes composiciones dotadas de una maestría y unas hablidades para el rock espacial más allá de lo esperado (facturada en el 2015 y titulada Odyssey), ha llegado el momento de comprobar si han conseguido subir el nivel o al menos dejar el listón tan alto como lo dejaron hace dos años con esa imponente obra de proporciones épicas.

 

Para empezar, su portada me ha parecido de lo más acertada e ideal (algo que no me ha ocurrido con el nombre del disco), en ella observamos a un hombre metido en lo que podría ser una máquina del tiempo (o unas de las conocidas bobinas Tesla) con una cara de sopresa bastantante evidente, dato que vuelve a indicar afirmativamente que el carácter sci-fi de su música no se ha perdido del todo, aunque aquí está mucho menos acentuado que en su obra anterior. Otro de los grandes aciertos del disco es la de continuar esa línea semi-pop, ultra accesible y melódica (dentro del rock de alto voltaje siempre) que ampliaron considerablemente en su Odyssey. Hasta aquí todo bien, la verdad que no me puedo quejar de nada, incluso podría añadir que la utilización de los teclados en este About Time ha resultado en la más acertada y mejor trabajada de todas.

 

Pero si nos adentramos a conciencia en el contenido del disco, nos encontramos con unas composciones que, siendo muy dinámicas, variables y entretenidas, no exceden (por los pelos, pero no lo hacen) la insuperable calidad de sus predecesoras por mucho que éste About Time se pueda considerar la continuación natural de su anterior largo (incluso una segunda parte ya que ambos están relacionados muy estrechamente). Lo conseguido con Odyssey ha puesto al combo sueco en una difícil situación a la hora llevar los estándares de calidad compositiva todavía más arriba. Con todo y con eso, Horisont ha conseguido firmar otra grandiosa obra de rock atemporal fijando, una vez más, las coordenadas de su nave espacial en las influencias setenteras y la ciencia ficción old schoolera. Una obra que, sin llegar al 10 supino, se lleva un 9 como la copa de un pino y, desde ya, el título de mejor disco del año en su terreno.

Puntuación 9

viernes, 3 de febrero de 2017

ANIMIC (2017) Skin



Y volviendo de nuevo al underground nacional del que por ahora en lo que va de año he salido más bien poco (una vez más de la mano de ese referencial sello barcelonés llamado Bcore), toca degustar la éxotica y extraña delicatessen que han facturado los catalanes Anímic en su sexto disco de estudio titulado Skin. Una obra que marca un rotundo y catárquico punto de inflexión en la banda capitaneada por Ferran Palau y Louise Samson, completada en la actualidad por Núria Monés, Zuma y Pablo Montañés, y que amplia, a sabiendas, su capacidad musical de carácter digital para acabar casi por completo con su vertiente más orgánica y accesible.  Nada queda aquí de aquel poso neo-folk de aires oscuros y sombríos y todavía menos del agradable y reconocible registro de Palau, quien con su proyecto en solitario ya hace y deshace a placer.

 

Tornados completa y firmemente a los vicios sintéticos de la música, dicho por ellos mismos han creado un disco de electrónica sin necesidad de ordenadores solamente excluyendo la batería y utilizando varios samplers para la tarea, todo lo que en su apartado musical suena aséptico, digital, quirúrgico y sintetizado, se convierte en el contundente reverso de la moneda si lo comparamos con sus letras. Unas líricas hirientes, salvajes, concienzudas, alarmantes y humanas hasta decir basta en las que Samson bombardea nuestras cabezas con ideas tan potentes como la fata de empatía, de sentimientos, de generar vida, esa la falta de amor que estamos sufriendo en nuestros inertes cuerpos capaces de soportar la indiferencia máxima y la apatía más corrosiva sin que, la mayoría de nosotros, estemos al tanto de ello y si lo estamos, tampoco nos preocupe en demasía. El enorme poso artístico del que puede presumir Skin no acaba con su música, la banda ha decidido poner en circulación un vídeo clip para cada uno de los temas nada más estrenar el disco englobando una experiencia audiovisual tan potente como definida y concreta elevando el resultado hasta la enésima potencia.

 

Un estado mental y una actitud ante la vida que ha de ser criticada siempre y Anímic lo utiliza como vehículo artístico para exponer sus ideas sobre la humanidad y la dureza de ese caparazón protector que sea convertido prácticamente en hierro llamado Piel (Skin). Tomando referentes que van desde nuestra querida las enseñanzas de la IDM, el dubstep o incluso el jungle, Anímic ha compuesto una de las obras más valientes, arriesgadas e importantes del recién estrenado 2017 abriendo todo un basto y nuevo universo musical en el que se encuentran de lo más cómodos y les funciona a las mil maravillas. Ese tema final llamado Whales con los sonidos de las ballenas de fondo es tan doloroso como hipnótico hasta niveles estratosférticos. Para mí, su mejor disco hasta la fecha.

Puntuación 10