Y para seguir demostrando mi sorprendente eclecticismo musical (con el que hasta yo mismo alucino en circunstacias como ésta), después de elogiar un disco tan fijado en nuestro tiempo actual y sodradamente importante para la juventud de nuestros días, además de estar ancalado en un estilo absolutamente novedoso y emergente como es el trap, hoy toca retroceder nada menos que 36 años (por aquel entonces tenía yo 3 añitos) para disfrutar de una de esas obras maestras indiscutibles de la década de los 80 y, posiblemente, uno de los mejores discos de los muy interesantes Blue Öyster Cult. Toca hacer el carca un poco.
Las cosas no pasan simplemente por que sí, las cosas pasan por que el universo musical se pone de acuerdo para que ocurran y, de esa manera, convertirse en conjunciones cósmico-musicales de un valor incalculable, me explico. Blue Öyster Cult es una de esas banda de rock setenteras que tantas y tantas veces he pensado en escuchar, pero que, por h o por b, (en este caso hubiera hecho falta que alguien me hubiese guiado a través de su amplia discografía destacando sus mejores discos para darles cera) nunca había empezado a hacerlo. Pues bien, una vez confirmados para el Rock Fest de este año en Barcelona y ya con el punto de mira fijado en sus discos (sin todavía saber por donde empezar) resulta que llego a casa de Javi Tupa y me encuentro con que vende de segunda mano el sorpresivo Fire Of The Unknown Origin, octavo disco de la banda de Nueva York producido por el maestro Martin Birch (ahí es nada), firmante del sonido de bandas como Black Sabbath, Deep Purple, Fleetwood Mac, Whitesnake, Iron Maiden o Rainbow por nombrar algunos.
Como antaño, cuando íbamos a las tiendas de discos a disfrutar y escoger los discos por sus portadas, la carpeta de este Fire Of Unknown Origin llamó mi atención poderosamente y decidí llevármelo de casa de Javi para pincharlo y comprobar a lo que me estaba enfrentando y si realmente quería indagar a conciencia en la discografía de la banda para disfrutar de ellos como es debido en el próximo Rock Fest. Con mucho del proto-metal de la época y bastante del pop a la new wave de esos mismos años, BÖC consiguen dar vida a una criatura que brilla con luz propia y se posiciona claramente como uno de los mejores discos de su década y, sin lugar a dudas y después de haberle dado a varios de sus discos posteriores, la obra cumbre de los BÖC en los 80, de eso no hay duda.
Me gustaría destacar sobremanera la producción del disco, la cual es nítida y pulida hasta el infinito y con un carácter sci-fi y espacial acentuado por unas líneas de teclado absolutamente protagonistas durante todo el disco. Por otra parte la calidad de la base rítmica despunta también sobremanera con una potencia inusitada. El sonido del bajo es impresionante haciendo de él un disco a tener muy en cuenta para cualquier bajista que se precie. Todo está equilibrado, todo suena a la perfección y no hay nada que falte o que sobre convirtiéndolo en una obra maestra atemporal (por mucho que su sonido vintage esté sumamente presente) con la que poder disfrutar de una banda que, por mucho que no hubiera indagado en ella hasta el momento, tiene mucho que ofrecer con más de 10 discos de estudio en su haber y una retalía bastante larga de directos.
Como dato curioso comentar que gran parte de las composiciones del disco iban a estar destinadas a la banda sonora del filme de animación Heavy Metal, aunque finalmente la única que llegó a estar en dicha banda sonora fue Veteran Of The Psychic Wars (la cual no estaba pensada en un principio para aparecer en la película), co-escrita por el famoso escritor fantástico Michael Moorcock.
Puntuación 10
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