Ya era hora, por fin inaguramos el 2013, un poco tarde para las fechas, pero inagurado al fin. Y qué mejor manera de hacerlo que con lo nuevo de los explosivos The Bronx. 5 años hace ya de aquel lejano III con el que dieron una vuelta de tuerca considerable a su sonido, más rockeros y más emotivos, y aunque entre medio haya caído un disco más de El Bronx, la versión mariachi de ellos mismos, hacía, y mucha falta, volver a coger la electricidad por banda y componer el primer gran disco de este recién estrenado 2013.
Matt vuelve a redescubrirse como un vocalista excepcional en este IV retomando con fuerza esa vertiente más melódica y polivalente que adquirió en el disco anterior, y que seguro de mucho le sirven sus notables diferencias con El Bronx, añadiéndole un punto de caldiad extra a unas composiciones que cada vez respiran mayor simpleza pero también más personalidad y libertad estilística.
La banda está pletórica como era de esperar y de lo que parece que no se quieren desentender jamás es de ese sonido punk garagero tan auténtico que respiran siempre sus discos y que, quizás aquí, se haya visto más acentuado como contrapunto a la mayor accesibilidad que transmiten las composicones. Para mi, el equilibrio perfecto lo han encontrado en este IV.
