lunes, 31 de octubre de 2016

JARDIN DE LA CROIX (2016) Circadia


Teniendo como referencia un disco tan importante para su carrera como fue 187 Steps To Cross The Universe del 2013, sus inicios se remontan a mediados de la década pasada pero fue ese disco el que realmente les dio luz verde a tocar para audiencias más grandes y lograr un mayor reconocimiento por parte de la escena instrumental, su cuarto disco de estudio, al que han títulado Circadia, tenía la difícil tarea de estar a la altura de las circunstancias y, obviamente, tratar de superar lo hasta ahora ofrecido por la banda madrileña, que no era poco. Todavía no podemos hablar de superación total, pero de lo que seguro que podemos hablar sin problemas es de que este Circadia está a la altura de las circunstancias y se prevee superar con creces las expectativas.

 

Con tan sólo 6 temas en su último disco (2 más que en el anterior) y retroalimentándose dentro de nuestra amplia e importante escena instrumental, siguiendo las corrientes estilísitcas musicales dentro de nuestras fronteras, esas que marcan claramente el camino a seguir, Jardín de La Croix saben bien como encontrar su propio camino a través de esas corrientes respetando a la perfección los tempos, las variaciones y la clara combinación en clave luminosa del post-rock y el post-metal dentro de una minuciosa y emotiva ejecución.

 

Producido por la propia banda en un alarde de saber hacer y mezclado en Filadelfia por James Plotkin en los Plotkinworks (una mente maestra en cuanto a metal en sus variantes más destructivas y sonoras se refiere) Circadia es una verdadera delicia para los sentidos. Uno de esos discos que, una vez plantada la semilla en tí, no hace más que crecer y crecer hasta desvanecerse de la cantidad de escuchas que le acabas dando.

Puntuación 7

miércoles, 26 de octubre de 2016

THE ALBUM LEAF (2016) Between Waves


 
Y ya que ayer nos hacíamos eco tanto del concierto como del último álbum largo de 65daysofsatitic, un artefacto sonoro que va más allá de lo que el propio género puede ofrecer, hoy toca remarcar la última obra magna de Jimmy LaValle, o lo que es lo mismo de The Album Leaf, para seguir dentro de esa volátil etiqueta llamada post-rock electrónico. Siendo todavía su mejor obra hasta la fecha esa genialidad grabada en los estudios de Sigus Ros, con colaboraciones estelares de sus componentes en el disco de LaValle, llamada In A Safe Place (2004), personalmente he seguido la trayectoria de LaValle sobretodo porque cada uno de sus discos posee una personalidad tan única como interesante que me hace siempre acceder a ellos con unas ganas locas por dsifrutar de su nueva transformación de carácter. 

 

Between Waves, el sexto disco de estudio de The Album Leaf y primero puesto en circulación por Relapse Records (la discográfica independiente de metal extremo más famosa de unos años a esta parte), basa la mayoría de sus composiciones en la amabilidad de la electrónica, la candidez de lo digital y lo bonito de los samplers. Con muy pocos temas vocales dentro del disco (Never Far es de los pocos y es una maravilla enorme), a Between Waves no le hace el apoyo de las vocales para presentar unos temas que hablan por si solos, que expresan comp pocos y que consiguen adherirse a tu ADN sin mayor complicación que dejarse escucharlos.

 

Apoyado en pasajes ambientales a los que les va añadiendo (con un acierto desmesurado) capas de sonido digital (sin abusar en ningún momento), LaValle transforma la acción digital de su música en un sentimiento orgánico, palpable y familiar, haciendo de este Between Waves una de las obras más preciosas, accesibles y bonitas de toda su discografía. Sin necesidad de acceder al manido patrón de los crescendos y las bajadas emocionales clásicas del estilo, LaValle crea su propio recorrido abarrotando de preciosismo y belleza musical todas sus composiciones.

Puntuación 8

martes, 25 de octubre de 2016

65DAYSOFSTATIC (2016) No Man's Sky


Con 5 discos largos, una más que correcta suma de singles y ep's, y dos bandas sonoras a sus espaldas (este No Man's Sky sería la segunda después de su reinterpretación del score de Silent Running), el cuarteto inglés formado a principios de la década pasada en Sheffield y compuesto por Paul Wolinski, Joe Shrewsbury, Rob Jones y Simon Wright, respondiendo al nombre de 65daysofstatic, ha vuelto a hacerlo, ha vuelto a conseguirlo, superarse una vez más con su último disco. Pensado, en principio, como la banda sonora de un juego (ciencia ficción pura y dura) que ya ha sido editado para PlayStation4 y que lleva el mismo nombre, No Man's Sky, la última acrobacia cósmica de los 65daysofstatic es una obra maestra de proporciones épicas. No voy a decir más de él más que para cualquiera que esté curtido en las lindes de la banda (o del post-rock de carácter electrónico, o de las bandas sonoras, o de la ciencia ficción) debería ser de obligado cumplimiento.

 

Hoy he tenido la suerte de verlos por tercera vez en directo, y puedo garantizaros que vivir un concierto de 65daysofstatic es lo más cerca que uno puede estar de tocar las estrellas y  de poder viajar por el basto, desconocido y misterioso espacio exterior. Esa sensación, tan intensa, emocionante y única, es la que se tiene al dejarse llevar por esa intransferible fórmula que práctican los 65 en la que podemos reconocer coletazos de estilos tan variables como el post-rock, el math-rock, la electrónica, el jazz, el progresivo o el instrumental completando un lenguaje musical con el únicamente ellos son capaces de expresarse. Llegando a cotas tan altas de calidad y de originalidad que se han convertidos en sus únicos competidores (algo parecido a lo que ocurre con Explosions In The Sky o Sigur Ros), puedo afirmar y afirmo, que este concierto de 65daysofstatic ha conseguido situarse como uno de los 25 mejores que he visto en mi vida sin despeinarse.

 

Dotados de una expresividad musical arrolladora y capaces de provocar la catarsis emocional más descomunal de las posibles sobre un escenario, su pasional equilibrio cósmico, en el que confluyen gracilmente la luz y las sombras, los sentimientos y la técnica, lo eléctrico y lo digital, el caos y la dulzura, lo asincopado con la precisión, la maestría con la visceralidad y lo arrítmico con lo melódico, está expresado a partir de capas sonoras superpuestas, bases digitales sampleadas, tramas y subtramas musicales y toneladas de sonido espacial (la ciencia ficción es una de sus bases de expresión artística más recurrentes) que emergen y se sumergen a placer dentro de la base rítmica del tema llevando al oyente a un estado de placentera euforia consiguiendo ese sentimiento único e inimitable del que os hablaba. Ver un concierto de los 65 (muy cómodamente) en la sala Razzmatazz 2 de Barcelona (a 15 minutos de casa) con la calidad de sonido que han conseguido y por tan sólo 17 euros es un regalo que no se paga con dinero, sino con amor eterno e incondicional por los 65daysofstatic.

Puntuación disco 10
Puntuación directo 10

lunes, 24 de octubre de 2016

KORN (2016) The Serenity Of Suffering


Después de ponerlo en bucle infinito durante todo el fin de semana, algo que no me pasaba con Korn desde hacía tiempo por mucho que todos y cada uno de sus discos hasta la fecha me hayan gustado y mucho, y de que estemos hablando de una mis bandas de cabecera favoritas de todos los tiempos, mi historia con Korn empieza en 1996 con un odio absoluto hacia ellos para acabar amando todo lo que han hecho incondicionalmente tan sólo un año después, el duodécimo disco de los de Bakersfield (todavía sigo rezando para que algún día vuelva David a la batería y tenerlos completos de verdad de nuevo después de que Brian haya regresado para quedarse desde su anterior The Paradigm Shift) es un acierto más en una discografía impecable (y eso incluye el disco con Skrillex obviamente).

 

La primera baza positiva que le podemos sacar al disco es que estamos ante el redondo perfecto para Halloween, aprovechando la conveniencia de las fechas. Desde su portada de estilo siniestro-circense, pasando por su sombría personalidad (todo aquí es oscuro, tétrico, pesadillesco, inquietante, desquiciado, tenebroso), hasta llegar a los impresionantes alaridos guturales del Jonathan Davis más desatado de los últimos años, todo casa a la perfección con filosofía americana de la festividad más esperada por los amantes de los monstruos. A partir de aquí, disfrutar un disco como The Serenity Of Suffering (dentro del universo Korn y de su característico sonido) se convierte en un experiencia suamamente disfrutable.


Todavía no tengo claro si ellos mismos (no he leído ninguna entrevista) lo consideran una segunda parte del Issues (99) (uno de sus trabajos más accesibles y laureados), pero es evidente que en la portada de su último disco nos encontramos con elementos muy concretos de su cuarto disco. Bajo mi criterio y después de muchas escuchas, este me ha parecido infinitamente superior, el tiempo acabará decidiendo pero The Serenity Of Suffering ya ocupa un merecido y honroso lugar medio-alto en mi ranking personal de la banda por debajo de su intocable primera trilogía y claramente por encima del Issues. Hay que admtir que contratar a  Nick Raskulinecz para llevar la producción del disco ha sido otro de los grandiosos aciertos. Hacía tiempo que nadie no captaba tan jodidamente bien el sonido tan personal y referencial que gasta el quinteto californiano, y eso es todo un logro, tanto para ellos como los fans. No tiene que ser fácil captar esa desgarradora y siniestra melancolía proveniente de las desgracias humanas sin dejarse atrás esa contundente y obsesiva brutalidad que esputan las graves cuerdas y la infernal garganta de Jonathan.

 

Por supuesto que hemos de descatar el dúo vocal formado por Corey (Slipknot) y Jonathan en A Different World, uno de los temas con uno de los estribillos más adictivos y perfectos que se ha marcado Jonathan en el disco, pero también es bien cierto que el disco está a un nivel estratosférico aún sin ese tema. Y si además disfrutamos de él con los dos temas adicionales de la Deluxe Edition de este The Serenity Of Suffering (todavía no entiendo porque han realizado una edición especial para incluir dos temas tan enormes como Baby y Calling Me Too Soon pudiéndolos incluir de saque sin problema ninguno) la cosa se hincha considerablemente, justo cuando pensábamos que, ni los pulmones de Davis ni la elasticidad de la banda podían dar más de sí, ahí están esos dos K.O.'s directos a la mandíbula para finalizar un disco que debe estar entre los mejores del año por méritos propios. A estos no les tose ni el tato. Korn  Rules Forever!. 

Puntuación 10

jueves, 20 de octubre de 2016

KATE TEMPEST (2016) Let Them Eat Chaos



Kate Tempest, la joven rapera-poeta-escritora inglesa que hace un par de años nos regaló ese impresionante debut llamado Everybody Down (Dada Records) y que nos ofreció aquel memorable directo en Barcelona dentro del marco del Sónar Festival, vuelve al candelero (y también a Barcelona el próximo 8 de Noviembre al Apolo) con su segundo álbum largo titulado Let Them Eat Chaos. Un título que engloba toda la rabia, la rebeldía y la fuerza de una artista multidisciplinar que expele creatividad, realidad y sinceridad por los cuatro costados.

 

Con varios libros de poemas editados en su haber (acaba de salir su primer libro de poemas traducido al castellano titulado Mantente Firme), el estilo de rapear de Tempest roza con valentía y solidez el spoken-word tomando como referencia esas sesiones nocturnas en los clubs londinenses (y americanos) en las que un poeta se sube al escenario, acompañado por un piano, para escupir sus rimas con la fuerza catárquica que ofrece el vaciado emocional y crítico ante el público.

 

Ampliando su poderosa y juiciosa propuesta (es difícil descifrar todas sus letras por mucho que te hartes de darles vueltas) Let Them Eat Chaos está reforzado por toda una serie de ritmos de carácter urbano e industrial que definen a la perfección las oscuras y certeras historias que Tempest desgrana en sus composiciones recordándonos lo importante que es la música para mover conciencias y denunciar injusticias. Sin duda estamos ante una de las artistas más completas, complejas y potenciales de los últimos años de la misma manera que nos encontramos ante uno de los mejores discos de rap de la última década.

miércoles, 19 de octubre de 2016

THE ALLERGIES (2016) As we Do Our Thing


Basado en el carácter instrumental del hip hop, The Allergies (dúo formado por Dj Moneyshot y Rackabeat), son capaces (como pocos) de llevarte directamente a los dorados años 90 del rap y hacerlo tan fresco, dinámico y bailable como se hacía entonces sin sonar fechados, pasados de moda o como la típica fotocopia. Con un estilo propio que recoge ritmos venidos del soul, el disco y el funky y dotanto a sus cortes de unos breaks tan clásicos como el chocolate con churros, he de admitir que, por mucho que la mayoría de temas no están acompañados de un mc invitado, los cortes instrumentales de este As We Do Our Thing son simplemente maravillosos.

 

Con una clase, un gusto y un saber hacer más allá de lo esperado en un debut, lo de esta gente es glorioso, As We Do Our Thing toma prestadas las habilidades de Andy Cooper, HypeMan Sage y BluRum13 para colocarlas estratégicamente en cuatro de los quince cortes de los que consta el primer largo de este dúo maravillas y de esa manera darle ese punto extra y algo más accesible (el hip-hop instrumental por desgracia sigue siendo de minorias) que necesita el disco para que la gente le de cera. Está claro que si pones a personalidades del género como AC (Ugly Duckling) al frente de singles como Blast Off o Rock Rock la cosa se presenta con un nivel bastante sólido y una exposición más global.

 

Pero dentro de lo holgadamente instrumental que es este As We Do Our Thing, hay que decir que en ningún momento se echa en falta la aparición de ningún mc en los temas en los que no aparecen. La sumamente inteligente y hablidosa utilización de los breaks (es una auténtica gozada el tratamiento que le dan a esta peculiaridad del hip hop en sus composiciones), hacen del disco una verdadera perla dispuesta a hacerte mover los pies, el cuerpo y la cabeza con uno niveles de alegría y flipazo muy por encima de cualquier otro revival noventero del momento.

Puntuación 8

lunes, 17 de octubre de 2016

BANKS (2016) The Altar


Después de estar 10 días desaparecido por el Festival de Cine Fantástico de Sitges un año más, tengo que disculparme por el vacío obligado que han sufrido las Píldoras durante estos días, a veces se me hace completamemte imposible llevarlo todo al día. Pero ya estoy aquí para enmanedarme y hoy vengo con el disco que más compañía me ha hecho estos días llenado minutos de espera y caminatas entre recinto y recinto del Festival, el segundo largo de la californiana Jillian Rose Banks que lleva por título The Altar. Un nombre más que curioso para el álbum contando que su debut se llamó Goddess, ¿aires de grandeza?, ¿problemas con su identidad religiosa?, lo que está claro es que su segundo largo es sobradamente superior a su debut y eso hace de ella una gloriosa obra.

 

Mientras que su debut estaba completado con canciones de sus primeros Ep's, teníamos canciones nuevas obviamente pero aprovechó demasiadas de sus trabajos anteriores, The Altar pone sobre la mesa una creatividad y una calidad bastante más desarrollada e interesante que la de su debut. Producido de nuevo por Tim Anderson y Al Shux, quienes ya estuvieron implicados en su debut, y añadiendo a la producción varios nombres más como Aron Forbes, John Hill o Ben Billions por nombrar algunos de ellos, es curioso como la producción coral del disco no le quita ni un ápice de personalidad ni hace de él un inaccesible batiburrillo de direfentes acercamientos al arte de Banks. Todo está sumamente equilibrado y perfectamente sincronizado para parir un álbum que, desde ya, es uno de mis favoritos de este 2016.

 

Precioso y oscuro a partes iguales, delicado y crudo como pocos discos de R&B que se pueden catar a día de hoy, puede que lo de The Wkeend sea lo que más se aporxime con su irreberente actitud lírica, Banks nos da atisvos de una personalidad intimista, real, crítica con ella misma y, sobre todo, a flor de piel. Letras como la de Weaker Girl en la que Banks dice que necesita a otro hijo de puta como ella en su vida (-I'ma need a bad mother fucker like me-), o la explícita Fuck With Myself en la que anuncia a los cuatro vientos que ella jode consigo misma más que cualquier otra persona (-Cuz I fuck with myself more than anybody else-) hacen de este altar un disco sumamente sincero y exponencialmente disfrutable. Por cierto, yo ya he empezado a cruzar los dedos para el próximo Primavera Sound, jejeje.

Puntuación 9

jueves, 6 de octubre de 2016

MGLA (2016) Exercises In Futility


Vista la sobredosis de discos nuevos que han caído en mis manos últimamente, Against Me!, Asphyx, Oathbreaker, Cookin' Soul o Nick Cave por poner algunos ejemplos, con los que todavía me estoy peleando por ofrecer un veredicto concreto, he decidio decantarme por el último disco que los polacos Mgla sacaron el pasado año aprovechando que en poco tiempo tendremos su visita en Barcelona junto a los también polacos Behemoth en una fecha (Jueves 27 de Octubre sala Razzmatazz) que se presenta imperdible en mi calendario y que completa la banda Secrets Of The Moon como tercero en discordia. 

 

El tercer largo de la banda compuesta por Darkside a la batería y M. en las funciones de guitarra, voz y bajo, dúo sumamente hermético donde los haya, nos entrega un fino catálogo de black metal polaco, siendo prácticamente la referencia geográfica del estilo más importante de los útlimos años, en el que la elegancia de la melodía y la majestuosidad de la oscuridad, para nada falta de belleza, crean un bucle musical en el que los medios tiempos, tampoco faltos de dinamismo, emergen como enormes titanes sobre un mantra musical que se revela como mágico, embrujador y desolador a partes iguales.

 

Dotado de capas sonoras capaces de combinar la oscuridad más acccesible con la belleza más incómoda, Exercises In Futility fue, sin duda alguna, uno de los mejores discos de black metal del pasado año, lástima haberlo descubierto hace tan solo un par de meses, y por ende, el mejor de la trilogía firmada hasta la fecha por la banda Krakovia completada por With Hearts Towards None (2012) y Grozza (2008).

Puntuación 9


martes, 4 de octubre de 2016

BETH ORTON (2016) Kidsticks



Intentando salir del cerrado Círculo en el que me tiene metido Kase-O y tres cuartos de lo mismo con la adicción brutal a la que me tiene sometido Shotta, el nuevo disco de mi amada Beth Orton ha sido todo un soplo de aire fresco, incluso renovador, con el que he conseguido rellenar algunos de mis momentos musicales más preciados, esos en los que puedo realmente estar atento a la música que escucho y no es un simple murmullo de fondo al que es difícil prestarle atención, que lleva por título Kidsticks. Con la tranquilidad que la ha caracterizado estos últimos años, ésta vez han pasado cuatro desde su anterior Sugaring Season en el que recuperábamos a la Orton más clásica y reconocible, Kidsticks es el séptimo disco de la inglesa y, sin lugar a dudas, el más sorprendente, arriesgado y diferente de todos los que ha publicados hasta la fecha.

 

Mucho tiempo ha pasado desde que William Orbit o los Chemical Brothers se derritieran por completo con las dulces mieles vocales de la Orton, quien desde que comenzó su carrera en solitario, allá por 1993 con aquel histriónico debut llamado Superpinkymandy producido por el entonces novio de la Orton William Orbit, no ha dejado de entregar discos más que notables con alguna que otra obra maestra de por medio como el insuperable Daybreaker (2002) o el tan sólo un poquito por debajo Trailer Park (1996) para llegar a este 2016 y conseguir renovar su sonido y su actitud musical hasta puntos insospechables después de lo mostrado en sus dos útlimos discos. Ambos claramente encarados al folk edulcorado y delicado.

 

Lo que nos ofrece este Kidsticks es una relación directa, ya que es la única que he conseguido establecer en su discografía con éste último disco, con su debut. Salvando las distancias que da la experiencia y obviamente la actualziación musical de la electrónica, Kidsticks es un disco altamente digitalizado pero no por ello menos orgánico de lo que la esbelta inglesa nos tiene acostumbrados. Producido por el muy en alza Andrew Hung de los Fuck Buttons y rodeada de teclados, sintetizadores, baterías digitales y algúna que otra guitarra o bajo, Kidsticks es un disco precioso sin empalagar, melancólico sin entristezer y luminoso sin cegar, que juega a equilibrar de manera excepcional la accesibilidad con la experimentación personal de la Orton quien ha preferido cambiar de aires con acertada decisión de por medio.

Puntuación 8