Parece imposible, o al menos increíble, pero J. Mascis lo ha vuelto a hacer. Mascis es el tipo al frente de Dinosaur Jr. (una de las pocas leyendas vivas que quedan del rock alternativo de los 90), pero además de eso (y de entregar uno de los discos más redondos de su carrera junto a los Dinosaur el pasado año), lo podemos encontrar miltando en bandas tan dispares como Witch (banda de stoner en la que toca la batería igual que hiciera con aquellos desaparecidos y referenciales Deep Wound), J. Mascis + The Fog (uno más de sus proyectos paralelos), sus discos en solitario (dos hasta la fecha) firmados como J. Mascis y estos Sweet Apple. Banda en la que nos encontramos con su amigo Dave Sweetapple (quien también comparte tareas junto a Mascis en la banda Witch), John Petrovick y Tim Parnin (ambos antes en Cobra Verde), yq ue ha conseguido cerrar una de las trilogías power-pop más perfectas y disfrutables de la última década siendo éste Sing The Night In Sorrow su última y tercera entrega hasta la fecha.
Dejando totalmente de lado sus filias más extremas expuestas con sus Witch, olvidando por completo ese sello inconfundible que tienen las canciones de los Dinosaur y obviando también las delicadezas acústicas de su proyecto en solitario, Mascis, Petrovick, Parnin y Sweetapple vuelven a la carga con su disco más crudo, enérgico y garajero hasta la fecha poniendo como referencia el rock setentero (actualizando el sonido y refrescando la fórmula al máximo) para pasarlo por su propio filtro (añadiéndole una buena cantidad de crujientes guitarras) al que se le hace imposible no soltar algunas de las melodías más irresistibles del año.
Como sorpresas jugosas tenemos nada menos que al señor Lanegan en el segundo corte titulado World I'm Gonna Leave You (un tema grasiento y orgánico al más puro estilo de Lanegan), a Robert Pollard de los Guided By Voices en dos cortes más entre los que tenemos la preciosa Everybody's Leaving con la que cierran el álbum, y también a Rachel Haden quien colabora en tres de los 10 cortes que componen el álbum siendo A Girl With A Gun la cúspide intocable de las colaboraciones. Una retalía de colaboradores sumamente amplia y disfrutable que aportan ciertas trazas de innovaciónen al sonido de los Sweet Apple de la misma manera que consiguen refrescar el propio sonido que envuelve al disco más oscuro (la temática lírica se entronca con la soledad y las depresiones humanas) y contundete del combo de Cleveland.
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