Y si en el ámbito nacional la lista con mis 25 favoritos está minada de sonidos actuales y música urbana, en el apartado internacional la paleta de colores se amplia considerablemente conformando una lista tan ecléctica como variopinta en cuanto a estilos, formas, colores y sabores se refiere. Pop, rap, urban, electrónica, rock, metal, funky, indie, aquí cabe todo y es posiblemente la lista en la que la gran mayoría de gente pueda disfrutar más al no estar tan abarrotada de los sonidos más vanguardistas de la escena urbana que tanto repelús y rechazo le producen a algunos. Lo dicho, el objetivo es el mismo, conseguir emocionar a alguien con algún descubrimiento especial que le haga sentir algo parecido a lo que a mi me hacen sentir cualquiera de ellos.
Después de facturar un bolazo de escándalo en el último AMFest de Barcelona y fichar por la potentísima Nuclear Blast para editar su sexto disco de estudio, la banda formada por Neige, vocalista, multinstumentista y jefe absoluto del proyecto, y Wintehalter a la batería, consigue con Spiritual Instinct fusionar a la perfección las dos facetas más marcadas de la banda francesa. Si con sus anteriores obras de estudio nos encontrábamos con unos Alcest en los que el shoegaze y los pasajes más etéreos y atmosféricos tomaban el protagonismo en casi todos los temas con concretos fogonazos de luces, sombras, oscuridad y crudeza, Spiritual Instinc nos presenta a unos Alcest mucho más terrenales, enraizados y concretos a la hora de la composición y la ejecución de una obra que supura músculo y rabia de manera evidente sin negar ese espíritu libre y evocador que siempre los ha caracterizado. Cada vez más cerca de la soñada obra maestra.
6 años hemos tenido que esperar para tener en nuestras manos la continuación de aquel descomunal Modern Vampires Of The City. Pero Ezra Koening y los suyos no han querido repetirse por enésima vez desplazándose claramente del afro-pop con el que siempre se les ha identificado para construir un disco conceptual en el que el pop preciosista, épico y molón toma las riendas de una banda con una capacidad para sorprender, reinventarse y reciclarse sobresaliente. La característica voz de Ezra y sus elaboradas letras siguen siendo uno de los motores más destacables del combo, pero la variada instrumentación y la creciente creatividad sonora de la banda los vuelve a proponer como una de las bandas de indie-pop más originales, arriesgadas y valientes de la escena actual.
John Dyer Baizley y compañía vuelven a la carga con sus barrocas portadas y sus coloristas nombres de discos para regalarnos un quinto largo de estudio en el que la variedad estilística y la ampliación de sus propios límites (esos que son capaces de estirar cada vez más) forman parte importante de este complejo y disperso (en el buen sentido) Gold And Grey. Empezando por una producción que opta por apagar y ensombrecer a conciencia las guitarras y encontrar un soberano espacio lineal para el resto de instrumentación, algo que en ocasiones puede sonar bastante extraño para una banda de sus características, Gold And Grey es una obra a la que hay que acostumbrarse, darle el tiempo que se merece y desgranar a nivel musical y rítmico de manera concienzuda. Solamente entonces se descubre ante nuestros oídos una obra majestuosa, grandiosa y reveladora.
Tercer año consecutivo que se cuelan Zeal And Ardor en la lista de las Píldoras. Volviendo de nuevo al AMFest del 2019, los de Manuel Gagneux protagonizaron otro de los conciertos más sobresalientes de su última edición calcando casi a la perfección el directo de su última gira que registraron en Londres y que ha acabado formando parte indispensable de esta primera y productiva etapa que ha caracterizado a este peculiar combo en continuo crecimiento. Su gospel de claro carácter satanista con ciertos toques de black metal, pinceladas de industrial y toneladas de personalidad, traída en gran parte por esos coristas que acompañan a Gagneux de forma inseparable, ha calado de manera irremediable entre un público tan ecléctico como su propia expresión artística. A falta de un tercer disco de estudio y con la prueba evidente en nuestras manos de que los directos de Zeal And Ardor son una auténtica tormenta sonora y física de armas tomar recrudeciendo y embruteciendo los temas de estudio para ofrecer un show bastante alejado de lo que cabría esperar (aunque ya nos hayamos acostumbrado a ellos después de pasar por Barcelona por tercera vez), Live In London es una barbarie de proporciones mastodónticas.
El genio creativo Tyler Gregory Okonma regresa a la palestra para reinventarse por enésima vez y facturar uno de sus discos más inclasificables y desplazados de la escena rap que lo vio nacer cuando todavía era un adolescente con el colectivo Odd Future, del que por cierto han salido algunas de las figuras más importantes, influyentes y referenciales de la nueva escuela rap americana. Empujando cada vez más esa etiqueta alternativa e independiente que tanto ha potenciado la carrera de Tyler desde sus inicios en solitario, su nueva obra conceptual sobre un artista figurado llamado Igor repasada las ramificaciones de la música negra de manera libre y desprejuiciada enfocando la mayoría de los temas sobre ritmos funkeados y souleros. Una maravilla sonora a descubrir y disfrutar sobremanera.
20. DENZEL CURRY - ZUU
En la línea de raperos actuales como el imbatible Vince Staples o el fantabuloso Sheck Wes, Denzel Curry (ese puto nombre) nos ofrece un viaje al pasado a través de la actualidad del rap. Tanto su producción como su sonido, beben directamente de la escena actual, de eso no hay duda, pero su capacidad para rememorar el pasado (más allá de las referencias que utiliza en sus letras) y continuar el legado de los OG's con una estética y un estilo que nos remite directamente a los 90, hacen de él una joya en bruto que con su cuarto disco de estudio ha conseguido pulir la gema hasta llegar a brillar con luz propia en una escena en la que no es nada fácil hacerse ver (escuchar). La portada le delata.
20. DENZEL CURRY - ZUU
En la línea de raperos actuales como el imbatible Vince Staples o el fantabuloso Sheck Wes, Denzel Curry (ese puto nombre) nos ofrece un viaje al pasado a través de la actualidad del rap. Tanto su producción como su sonido, beben directamente de la escena actual, de eso no hay duda, pero su capacidad para rememorar el pasado (más allá de las referencias que utiliza en sus letras) y continuar el legado de los OG's con una estética y un estilo que nos remite directamente a los 90, hacen de él una joya en bruto que con su cuarto disco de estudio ha conseguido pulir la gema hasta llegar a brillar con luz propia en una escena en la que no es nada fácil hacerse ver (escuchar). La portada le delata.
Después de más de 25 años de carrera lo de seguir sobreviviendo (Surviving) en esto de la música sin llegar a hacerse nunca todo lo grandes que han intentado siempre (la vocación de rock de estadio que tienen esta gente es innata y enorme), Jimmy Eat World se ha tenido que conformar con ser una de las bandas de pop guitarrero (o power pop) más disfrutables, sólidas y confiables de su generación. Facturando discos de manera regular con un nivel de calidad, frescura y emoción suficiente como para seguir convenciendo a sus seguidores de toda la vida y ganar nuevos adeptos a la causa (aunque cada vez en menor medida), Surviving es uno de sus discos más sorprendentes a la hora de jugar con los estilos y los diferentes moods que son capaces de ofrecer los de Arizona.
Detrás de una de las portadas más feas del año se esconde uno de los mejores discos de metal alternativo del mismo. Pero que nadie se eche las manos a la cabeza, no hemos vuelto a los 2000 con el chándal y las trenzas, lo de los holandeses Brutus es metal y es alternativo pero para nada en esos términos. Lo suyo es pura emoción, pura pasión, de una visceralidad hiriente, elevadora y supina. Encabezados por la enigmática voz de Stefanie, quien ejerce también las funciones de batería de la banda, sorprende gratamente comprobar la coherencia del combo a la hora de flirtear con estilos como el punk, el noise o incluso el pop de manera espectacular y natural dentro de una atmósfera en la que la luz y las sombras se baten el cobre de manera perpétua y sin descanso. Segundo acierto mayúsculo de Brutus en dos años y tercer concierto destacable en la lista salido del último AMFest de Barcelona.
17. ALEX LAHEY - THE BEST OF LUCK CLUB
Segundo asalto para la australiana Alex Lahey y esta vez hemos de decir que su capacidad para facturar pelotazos pop rock de una redondez extrema con la premisa máxima de emocionar y entretener a partes iguales a través del pop guitarrero de ecos noventeros, ha resultado en uno de los discos más perfectos dentro de su estilo. La fuerza y la pasión de la juventud (con 27 años) y la madurez de estar cada vez más cerca de la edad adulta y responsable, exponen a la Lahey como una de las letristas más frescas, desenfadadas, desprejuiciadas y fiesteras de su generación. Escuchar su disco, es entrar en el club de la mejor de las suertes. Esto huele a Primavera Sound por los cuatro costados.
16. LAGWAGON - RAILER
En un 2019 en el que los regresos de Satanic Surfers, Millencolin, Good Riddance, No Fun At All, Bad Religion y Ten Foot Pole han sido por la puerta grande, este Railer, de mis adorados Lagwagon, ha resultado como el ganador absoluto de esa hornada de dinosaurios del punk rock dispuestos a revivir una nueva juventud a través de sus aceleradas y poperas tonadillas. Los californianos, con Joey Cape a la cabeza, vuelven a facturar un conjunto de canciones sumamente equilibradas, enormemente entretenidas y poseedoras de un gancho punk capaz de dejarte KO prácticamente en la primera escucha. Sonido clásico, estilo clásico y pegada clásica, no se les puede pedir más a estas alturas. Su estado de forma es envidiable con 30 años de carrera a sus espaldas.
15. JADEN - ERYS
Para intentar resumir un poco lo que es el nuevo disco de Jaden Smith, un tipo que viene de cuna noble, tiene todos los recursos que cualquiera pueda imaginarse y más, y un estilo y una planta que vende prácticamente sola, lo que ha conseguido este chico de oro de 21 años con Erys (uno de sus nombres al revés que ya utilizó en un álbum anterior en el orden correcto) es una mezcla complicada, no apta para todos los oídos y podríamos decir que incluso algo avanzada a su tiempo. Con referentes claros como Kanye West, Frank Ocean, Travis Scott, A$AP Rocky o Tyler The Creator, a los que claramente rinde pleitesía en Erys, Jaden sabe desmarcarse notablemente de sus mentores para crear un universo propio, tanto en estilo como en sonido, usando y abusando del caos para servir un menú que pilla de todos lados resultando en un batiburrillo que funciona a las mil maravillas en cuanto uno consigue adentrarse en la mente del artista y entender su música como arte abstracto e introspectivo. Suena novedoso, suena denso, suena original, suena único, vale, y pretencioso.
14. BIG THIEF - U.F.O.F.- TWO HANDS
Y si ha habido una banda de folk que haya conseguido robarme el corazón este año sin remedio, esos han sido el combo de Brooklyn (¿de dónde iban a ser sinó?) llamado Big Thief. Pero además, no es que lo hayan hecho con un disco sensacional, espectacular y delicioso, sino que lo han hecho con dos, U.F.O.F editado en Febrero y Two Hands editado en Octubre. Lo de Big Thief, tanto en calidad, creatividad y productividad, es de alabar muy efusivamente. Después de haber pasado por el Primavera Sound y concretar dos fechas para este presente 2020 en Madrid y Barcelona, Big Thief es mi nuevo amor romántico, desmedido, reverencial y obsesivo. Dotados de una instrumentación sumamente delicada y unas formas emotivas que beben de los clásicos (el folk es lo que tiene), la voz de Adrianne Lenker es de una belleza natural tan exuberante como exultante.
13. KING GIZZARD AND THE LIZARD WIZARD - INFEST THE RATS' NEST
Otros a los que también les ha dado por editar dos discos este año es a los prolíficos King Gizzard. Fishing For Fishies fue la primera entrega, un disco en el que el blues y la psicodelia reinan a placer. La segunda del año fue el Infest The Rats' Nest, un disco potente, atronador y sin demasiadas florituras psicodélicas en el que el blues de alto octanaje, el rock de carácter hard o incluso el thrash metal de la vieja escuela, han sido las armas a blandir por el dragón de siete cabezas. Bajo mi punto de vista su mejor disco hasta la fecha, el más disfrutable y el más incendiario. Breve, conciso, directo y con aroma a setentas en su sonido (como viene siendo habitual en ellos) que tira de espaldas. Una rotunda y tremenda bofetada de hard rock como ya no se hace. Australia's finest.
17. ALEX LAHEY - THE BEST OF LUCK CLUB
Segundo asalto para la australiana Alex Lahey y esta vez hemos de decir que su capacidad para facturar pelotazos pop rock de una redondez extrema con la premisa máxima de emocionar y entretener a partes iguales a través del pop guitarrero de ecos noventeros, ha resultado en uno de los discos más perfectos dentro de su estilo. La fuerza y la pasión de la juventud (con 27 años) y la madurez de estar cada vez más cerca de la edad adulta y responsable, exponen a la Lahey como una de las letristas más frescas, desenfadadas, desprejuiciadas y fiesteras de su generación. Escuchar su disco, es entrar en el club de la mejor de las suertes. Esto huele a Primavera Sound por los cuatro costados.
16. LAGWAGON - RAILER
En un 2019 en el que los regresos de Satanic Surfers, Millencolin, Good Riddance, No Fun At All, Bad Religion y Ten Foot Pole han sido por la puerta grande, este Railer, de mis adorados Lagwagon, ha resultado como el ganador absoluto de esa hornada de dinosaurios del punk rock dispuestos a revivir una nueva juventud a través de sus aceleradas y poperas tonadillas. Los californianos, con Joey Cape a la cabeza, vuelven a facturar un conjunto de canciones sumamente equilibradas, enormemente entretenidas y poseedoras de un gancho punk capaz de dejarte KO prácticamente en la primera escucha. Sonido clásico, estilo clásico y pegada clásica, no se les puede pedir más a estas alturas. Su estado de forma es envidiable con 30 años de carrera a sus espaldas.
15. JADEN - ERYS
Para intentar resumir un poco lo que es el nuevo disco de Jaden Smith, un tipo que viene de cuna noble, tiene todos los recursos que cualquiera pueda imaginarse y más, y un estilo y una planta que vende prácticamente sola, lo que ha conseguido este chico de oro de 21 años con Erys (uno de sus nombres al revés que ya utilizó en un álbum anterior en el orden correcto) es una mezcla complicada, no apta para todos los oídos y podríamos decir que incluso algo avanzada a su tiempo. Con referentes claros como Kanye West, Frank Ocean, Travis Scott, A$AP Rocky o Tyler The Creator, a los que claramente rinde pleitesía en Erys, Jaden sabe desmarcarse notablemente de sus mentores para crear un universo propio, tanto en estilo como en sonido, usando y abusando del caos para servir un menú que pilla de todos lados resultando en un batiburrillo que funciona a las mil maravillas en cuanto uno consigue adentrarse en la mente del artista y entender su música como arte abstracto e introspectivo. Suena novedoso, suena denso, suena original, suena único, vale, y pretencioso.
14. BIG THIEF - U.F.O.F.- TWO HANDS
Y si ha habido una banda de folk que haya conseguido robarme el corazón este año sin remedio, esos han sido el combo de Brooklyn (¿de dónde iban a ser sinó?) llamado Big Thief. Pero además, no es que lo hayan hecho con un disco sensacional, espectacular y delicioso, sino que lo han hecho con dos, U.F.O.F editado en Febrero y Two Hands editado en Octubre. Lo de Big Thief, tanto en calidad, creatividad y productividad, es de alabar muy efusivamente. Después de haber pasado por el Primavera Sound y concretar dos fechas para este presente 2020 en Madrid y Barcelona, Big Thief es mi nuevo amor romántico, desmedido, reverencial y obsesivo. Dotados de una instrumentación sumamente delicada y unas formas emotivas que beben de los clásicos (el folk es lo que tiene), la voz de Adrianne Lenker es de una belleza natural tan exuberante como exultante.
13. KING GIZZARD AND THE LIZARD WIZARD - INFEST THE RATS' NEST
Otros a los que también les ha dado por editar dos discos este año es a los prolíficos King Gizzard. Fishing For Fishies fue la primera entrega, un disco en el que el blues y la psicodelia reinan a placer. La segunda del año fue el Infest The Rats' Nest, un disco potente, atronador y sin demasiadas florituras psicodélicas en el que el blues de alto octanaje, el rock de carácter hard o incluso el thrash metal de la vieja escuela, han sido las armas a blandir por el dragón de siete cabezas. Bajo mi punto de vista su mejor disco hasta la fecha, el más disfrutable y el más incendiario. Breve, conciso, directo y con aroma a setentas en su sonido (como viene siendo habitual en ellos) que tira de espaldas. Una rotunda y tremenda bofetada de hard rock como ya no se hace. Australia's finest.
12. MAHMOOD - GIOVENTÙ BRUCIATA
Convertido en una estrella italiana de la noche a la mañana con un álbum debut que se posicionó el primero de las listas de ventas en cuanto pisó las calles, este cantante nacido en Milán y de ascendencia egipcia, se dio a conocer a través de la versión italiana de The X Factor, para acabar ganando el Fes1tival de Música de San Remo descaradamente con ese single llamado Soldi. Visto el éxito, Mahmood decidió presentarse al Festival de Eurovisión quedando nada menos que en segunda posición. Para un tipo que bebe del pop urbano con tintes de R&B, alguna que otra traza de su Egipto y mucho de la presencia melódica italiana de la vieja escuela, los logros son admirables. Otro de esos discos por los que he sentido una obsesión incontenible.
11. SKEPTA -IGNORANCE IS BLISS
Veterano de la escena grime inglesa y grande del Hip-Hop con mayúsculas, su notoriedad traspasó fronteras hace ya años, Skepta ofrece su propia visión social y humanística en un disco, su quinto de estudio, titulado Ignorance Is Bliss. Destacado como uno de los mc's/beatmakers más originales y accesibles de la escena, Skepta tiene como armas su rítimico flow y una calidad insuperable a la hora de rimar con esa cadencia tan característica y original del grime. Elevando aún más el nivel ofrecido por su predecesor Konnichiwa, un disco que puso en boca de todos los que siguen de cerca la escena inglesa, Ignorance Is Bliss es un disco compacto, lineal y concreto, pero no por ello menos disfrutable, bailable y emocionante. El concierto en el Sónar demostró que su show está muy por encima de su exultante calidad en estudio barriendo con todos y cada uno de sus competidores sin inmutarse.
10. POST MALONE - HOLLYWOOD'S BLEEDING
Abriéndose paso a través de la música urbana y el trap, el tercer disco de Post Malone se desmarca prácticamente por completo de esa escena para abrazar el pop maisntream de carácter personal y único con un disco que amplia considerablemente los límites de su estilo, límites que siempre han sido muy difíciles de concretar, en el que nos habla sobre la crudeza del negocio y las influencias dentro del Hollywood actual. Ese Hollywood en el que la falsedad y conveniencia son los protagonistas absolutos de la industria musical. Por mucho que las sensaciones que su música nos traslade sean agradables y positivas, las letras de Post Malone nos descubren los claroscuros que ha tenido que vivir durante su estancia en Holywood exponiendo una personalidad y una sinceridad impresionante.
09. JAMES BLAKE - ASSUME FORM
Desde que el neo-soul salió a relucir, James Blake se convirtió en el rey indiscutible del estilo. Ese estilo que bebe del soul más clásico con ritmos electrónicos y orgánicos que renuevan la fórmula de manera fantabulosamente refrescante e interesante. Dotado de una armonía vocal impresionante y dotado también musicalmente de una creatividad inagotable y vanguardista a partes iguales, la amplitud de miras y la ampliación de registros y estilos obtenida en Assume Form hacen de él el disco más experimental, arriesgado y a la vez accesible de su carrera. Contando con algunas de las colaboraciones más sorprendentes del año, el tema con Rosalía, el de André 3000 o el de Travis Scott y Metro Booming, son algunos de los highlights del disco, Assume Form es de una perfección sonora y una redondez estilística prácticamente abrumadora. Y van 3 obras maestras de 3 discos largos, la media es apabullante.
08. DIDO - STILL ON MY MIND
Volviendo al tema del desamor y la pérdida, Dido es una de las expertas y más veteranas de la escena electrónica en ese ámbito. Con todavía el éxito de su famoso Stan junto a Eminem resonando en algunas cabezas, single que se editó un año después de su debut No Angel de 1999, la inglesa Dido, rozando ya la cincuentena, sigue ofreciendo una de las propuestas electro-pop más vanguardistas, delicadas y emocionantes de la actualidad musical. Evolucionando en cada nuevo disco tanto musicalmente como estilísticamente, su habilidades para navegar entre el folk sobrio, el soul más clásico y la vanguardia electrónica, definen Still On My Mind como el puro sentido de la maravilla. En Junio la tendremos por Barcelona presentando el disco en el idílico marco del Festival dels Jardins de Pedrables.
07. SILVANA IMAM - HELIG MODER
Símbolo visible de la lucha feminista y social en la actual escena urbana sueca, Silvana Imam es mi nueva heroína musical. Rapera y poeta lesbiana, feminista y activista sueca de ascendencia sirio-lituana, lo suyo es dar cera al patriarcado y al machismo enraizado en la sociedad de manera cruda, directa y violenta. Tercer largo de la sueca y sin duda su mejor obra hasta la fecha por el que ha recibido varios premios y una repercusión que esperemos llegue a traspasar las fronteras de su Suecia natal. Merecido se lo tiene de sobras, pero quizás el obstáculo del idioma frene una progresión que debería ser meteórica y sin frenos. Encapsulada claramente dentro de lo que serían los parámetros del rap educacional y vanguardista con ciertas trazas de hardcore, su potencia lírica, su estétetica de la calle y su carácter sólido y contestatario hacen de ella una de las mujeres más importantes de su generación. Mientras tú te comes los mocos, esta mujer de armas tomar revoluciona la escena rap internacional y la escena social sueca.
06. BILLIE EILISH - WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DE WE GO?.
Después de causar estragos en la industria musical con tan solo 17 años, un buen puñado de singles y un Ep, la oscuridad y la inestable salud mental de Billie Eilish han desembocado en un esperadísimo debut largo que ya ha conseguido posicionarla como la artista más madura, potencial y creativa de toda una generación que la sigue cual mesias bendecido. Apoyada siempre por su hermano Finneas, que se encarga del apartado musical y de componer las letras de más de una de las canciones de Billie mano a mano junto a ella, el disco se centra en los problemas de insomnio, parálisis del sueño, medicación e incomprensión de la complicada adolescencia de Billie. Anunciando recientemente que iba a ser la encargada de firmar el tema central de la nueva película de James Bond, honor que ha aceptado de buen grado siendo la artista más joven hasta la fecha en llevarse el galardón, el límite para Billie es el cielo.
05. CHARLI XCX - CHARLI
Después de convertirse en la nueva diva del pop electrónico de aires festivos con sus anteriores mixtapes, la meteórica carrera de Charlotte Aitchison ha sido propulsada millones de años luz con su debut largo homónimo. Depurando la fórmula hasta convertirla en algo tan brillante y exultante como su fuerza escénica, Charli ha conseguido firmar su obra magna del pop con el debut más vanguardista e inspirador del año. Con una producción plagada de excesos vocales y arreglos futuristas, Charli es una colección de canciones insuperable, magistral y descomunal configurada a partir de una visión avanzada y arriesgada del estilo en el que, ahora mismo, costaría encontrar una diva más auténtica, original y disfrutable como ella.
04. KATE TEMPEST - THE BOOK OF TRAPS AND LESSONS
Y cuando creíamos que la Tempest había tocado techo creativo con su anterior Let Them Eat Chaos (2016), esta joven poeta y escritora inglesa de mente privilegiada y lírica incisiva se destapa una vez más como la compositora y letrista más importante de la actual escena inglesa con el magistral The Book Of Traps And Lessons. Un tercer disco de estudio capaz de hacerle sombra al anterior y descubrir a una Tempest aún más mordaz, aún más crítica, aún más positiva, aún más cariñosa, aún más combativa, aún más necesaria. Apoyoda en gran medida en el spoken word de leyendas como Gill Scott Heron, su capacidad para contar historias vuelve a deslumbrar de manera cegadora de la misma manera que lo hacen sus canciones haciéndote partícipe directo de unas letras en las que muchos nos podemos sentir identificados, apoyados y confirmados en mayor o menor medida. Obra maestra inabarcable. Haberla podido ver dos veces durante el 2019 con la gira de este disco ha sido un privilegio impagable.
03. CHELSEA WOLF - BIRTH OF VIOLENCE
Que Chelsea Wolf juega en su propia liga como la campeona indiscutible que és, es algo que ya sabíamos desde que la californiana empezara a dar sus primeros pasos musicales allá por el inicio de la década. Pero que su evolución natural y psicotrópica nos iba a llevar a terrenos tan magistralmente épicos y densos como sus anterior Hiss Spun o Abyss ha sido toda una sorpresa después de empezar en ese terreno de nadie y tan poco definido con discos como The Grime And The Glow o Apokalypsis en los que la experimentación desmedida y la excesiva promiscuidad estilística eran sus protagonistas más evidentes. Pero estamos en 2019 y Birth Of Violence es la más pura representación del folk personal y torturado de una artista con una capacidad vocal de soprano y una oscura e hiriente creatividad capaz de hacerte volar por los aires y trasladarte a paisajes áridos, fríos, depresivos y a la vez demostrar que en todo ello siempre hay cabida para el candor, la edificación y el preciosismo gótico. Obra maestra, y van...
02. IDLE HANDS - MANA
El disco salió en Mayo, y desde entonces no ha habido otro plástico este año que haya escuchado más y con el que más me haya obsesionado que este Mantra, el debut largo de Idle Hands. Una banda que deambula entre el metal gótico de alto octanaje a la Paradise Lost, el imponente post-punk de New Model Army y la épica rockera de los años 80. Una combinación que en manos de la banda de Portland se convierte en una conjunción astronómica y astrológica de una calidad estratosférica. Puede que lo suyo no sea nada nuevo, pero la virtud de no sonar a batuburrillo metálico y hacerlo desde un carácter fresco y rejuvenecedor es más que admirable. Con tan solo un Ep y un disco largo ya se han convertido en mi nueva banda favorita. Lo de verlos en directo por aquí queda muy lejano, pero no pierdo la esperanza.
01. EX:RE -ST
Ya sea por su característico registro vocal o por esa timidez instrumental que los emparenta claramente, el proyecto en solitario de Elena Tonra de Daughter nos ha dejado uno de los discos más melancólicos, imperfectos e irresistibles del año. Con una carácter personal que tiene un peso específico muy concreto en el disco, Tonra lo encuadra dentro de su última ruptura sentimental, Ex:Re funciona tanto como delicatessen musical de una clase exuberante en el caso del oyente, como a modo de catársis personal en el caso de la propia Tonra. Como si de una presencia fantasmagórica se tratase, la persona sobre la que trata el disco no suele aparecer en las canciones, algo que Elena comenta como intencionado ya que su disco relata sobre espacios físicos y temporales en los que esa persona ya no está, la dolencia sobre la carencia de la presencia.