Más allá de encontrarnos en un momento en el que uno de los payasos favoritos del cine de terror vuelve a estar de moda gracias al remake de IT facturado por el argentino Andy Muschietti el pasado año, y de la que estamos esperando con ansiedad su resolución final en forma de secuela para el 2019, la banda de punk californiana que toma el nombre del más famoso asesino bufón creado por Stephen King en 1986, vuleve al candelero cuatro años después de su última factura de estudio (Yesterdays, 2014) para demostrar la experiencia y el grado que suponen estar en la cresta de la ola del punk-rock americano durante los últimos 30 años sin opción a ser desbancados.
Cierto es que no todo ha sido un camino de rosas. En 1996 se suicidaba su bajista original Jason Thirsk a quien dedicaban el siguiente largo (Full Circle, 1997) y al que finalmente acabó sustituyendo Randy Bradbury, profesor de bajo de Thirsk. Otro de los baches gordos al que tuvieron que hacer frente fue cuando en 2009, su vocalista Jim Lindberg decide salir de la banda por cansancio dejando huérfano al combo, capitaneado ahora por su guitarrista Fletcher Dragge que encontró en Zoli Téglás, vocalista de la también banda de hardcore Ignite, el sustituto y el revulsivo perfecto para volver a la carretera después de firmar uno de los mejores y más frescos álbums de su carrera con aquel magistral All Or Nothing en 2012. Sinceramente uno de los aciertos más solventes y sólidos de toda su carrera. Pero la intención de Téglás no era la de quedarse permanentemente en Pennywise y después de un aparatoso accidente en la espalda durante un concierto en Alemania y estar en contacto con Linberg durante su recuperación, es a finales de ese mismo año cuando Lindberg anuncia su retorno al redil garantizando un álbum de estudio previsto para el 2014.
Llega el 2014 y con él se materializa la promesa del nuevo álbum. Yesterdays es un trabajo sin demasiadas expectativas que retoma la garra y la fuerza que la banda proyectaba antaño de manera bastante convincente. Dato que juega enormemente a su favor consiguiendo recuperar el fueye perdido y ponerse de nuevo a la cabeza del punk rock californiano a la par con sus compatriotas Lagwagon quienes siguen también en una brecha tan estable como intachable. Retomado el liderazgo y tomándoselo con la calma de la edad y la seguridad del veterano que sabe como hacer las cosas, Pennywise vuelve al estudio este 2018 para facturar este momenutal Never Gonna Die, un disco que engloba con carácter y certeza su posición socio-política, de la que siempre han hecho gala, con una colección de 14 canciones tan irresistible como imbatible.
Dudo mucho que a estas alturas de la película Pennywise sean capaces de captar nuevos adeptos en manada, siempre habrá alguien que los descubra con este disco y mire hacia atrás para desgranar su amplia discografía que consta ya de 12 discos de estudios, pero es indudable que su capacidad para satisfacer a sus fans de antaño y de producir misilazos imparables de punk rock de carácter ultramelódico y conciencia social sigue tan intacto como el primer día. Se nota que Lindberg ha vuelto con ganas (y los suyos lo han acogido con los brazos abiertos) de emocionar y vibrar con Pennywise de la misma manera que lo hacemos nosotros.
Puntuación 9
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