Mi nueva droga favorita se llama Cala Vento y, por ahora, no hay visos de desengancharme de ella, incluso diría que para sacarme la adicción debería ir a una granja de desintoxicación y aún con esas, difícil lo tendría. Eso debería acercaros lo suficiente a la obsesión extrema que he pillado con el nuevo fichaje de Bcore. Para que os hagáis una idea aún más acertada, he escuhado el disco en bucle continuo durante todo el día, mañana y tarde, repitiendo sus 31 minutos de duración más de 15 veces.
Tomando como ejemplo a formaciones nacionales como L'Hereu Escampa o internacionales como los desaparecidos The White Stripes, Aleix y Joan han optado por el formato batería y guitarra únicamente para dar forma a las familiares y certeras composiciones que contiene su debut autotitulado, bebiendo de influencias del pop y el indie dotándolas de un sello tan propio e intransferible, sin necesidad de inventar la sopa de ajo, que el disco supura personalidad, vida y, sobretodo, pasión por los cuatro costados.
Producido por una de las figuras más importantes del underground de la ciudad Condal y poniendo el disco en circulación a medias entre Bcore y su propio sello, Hand The Dj, Éric Fuentes ha conseguido darle un contundete y precioso cuerpo sonoro al disco, ayudado en gran parte por los omnipresentes hermanos García, Santi y Víctor, tanto en la masterización como en la mezcla, que junto a las fabulosas y muy cuidadas letras, adictivas melodías y electrizantes ritmazos que salen de este glorioso debut hacen de él un disco sincero, humilde, amable, alegre, joven, redondo y, en una palabra, el disco perfecto para mis sentimientos musicales. Hasta la fecha, y muy difícil de superar, el mejor disco nacional de este 2016.
Puntuación 10
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