Después de que el screamo europeo fuera absorbido por la vorágine de bandas americanas para pasar a quedarse en emo solamente y más tarde acabar desvaneciéndose del todo en patrones pop de repetición cansina y radiable, el estilo quedó prácticamente huérfano de bandas de nivel. Pero como todos los estilos musicales son cíclicos, de un tiempo a esta parte bandas como La Dispute, Defeater o Touché Amoré han conseguido resucitar considerablemente la escena (aunque con un enfoque bastante distinto y actualizando la propuesta a los tiempos que corren) desde un punto geográfico concreto (EEUU) y con un estilo claramente deudor de sus propias raíces geográficas.
Todo esto me lleva a hablar de la banda que nos ocupa, Mendra. Una banda que toma el relevo de esa resurección estilística (aunque con sus propios referentes geográficos) y nos plantea una suerte de screamo personalizado que en vez de utilizar la vía del hardcore rudimentario más evidente y machacón, se lanza de cabeza a las distorsiones del post-hardcore más abrasivo y la visceralidad del punk sin complejo ninguno. Tacho, su debut en cinta para el sello catalán Saltamarges, funciona a la perfección como una bola de furia, rabia y visceralidad en la que caben retazos de estilos que convergen, se fusionan y se retroalimentan entre ellos para parir uno de los debuts más contundentes, sólidos e interesantes del año. Pero Tacho tampoco está desprovisto ni de melodía ni de belleza, lo que pasa es que hay que picar un poco sobre esa dura y cruda corteza para adentrase en ella y poder apreciarla en todo su esplendor, y cómo me gusta eso.
Sombríos a su manera e incómodos y adulterados en sus formas, no resulta fácil extraerle todo el jugo a este Tacho en las primeras escuchas. Dato que, por otra parte, juega a su favor en todo momento haciendo que acudas a ellos en repetidas ocasiones y de manera continuada encontrándote prácticamente en cada ocasión con un disco nuevo, aunque cada vez más familiarizado con su sonido. Es de esos discos que tienes que ordenar poco a poco en tu cabeza para aprender a apreciar todos y cada uno de sus detalles. Cambios de ritmo a tutiplén, melodías distorsionadas que te dejan sin aliento, doble o triple registro vocal, subidones de escándalo, una portada que es puro amor y un power-trío que ha llegado hasta lo más profundo de mi corazón y de mis entrañas con tan sólo 10 escuchas, aunque ya llevo bastantes más.
Venidos de Barcelona y arropados por gente como los hermanos García (Víctor a la mastrización y Santi supervisando la grabación en los Ultramarinos), o Eric Fuentes (The unfinished Sympathy) y Jazz Rodríguez (Mourn) en sendas colaboraciones, Mendra ha sacado su debut con uno de los sellos emergentes más valiosos del underground catalán actual. Con referentes de escudería como Hurricäde, Anchord, Tano! o Please Wait (todos y cada uno de ellos imprescindibles y disponibles para escuchar desde el bandcamp del sello) el trío de Barcelona ha encontrado la parcela perfecta sobre la que edificar sus cimientos con unos vecinos entre los que se respira un aire de familia y hermandad digna de admiración (uno de los más claros indicativos es que la mayoría de los grupos del sello comparten componentes). Por cierto, tanto la portada (que ya lo he dicho pero lo repito) como lo de utilizar los tres idiomas en las letras (catalán, castellano e inglés) me ha parecido un acierto descomunal. Corred a por vuestra copia que por el momento solamente se han editado 80 unidades en cassette (aquí la podéis comprar).
Puntuación 9
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