Con otra de esas portadas que quitan el hipo y un primer corte del disco que nos remite directamente a la gloriosa (e insuperable) época del Crack The Skye, algo de culpa tendrá Brendan O'Brien quien ha vuelto a trabajar como productor de la banda desde que en 2009 les produjera su cuarto disco largo, el cuarteto de Virginia formado por Hinds, Sanders, Dailor y Kelliher ha vuelto para entregarnos el que es su mejor disco desde finales de la década pasada. Centrados en un personaje abandonado en el desierto a su suerte y sobre el que pesa una condena de muerte, el séptimo disco de estudio de Mastodon, titulado Emperor Of Sand, nace de las propias experiencias del grupo al diagnosticar a algunos de sus familiares con cáncer. Un disco sumamente personal que reinterpreta los miedos, las inquietudes, las luces y las sombras de ese crudo y oscuro viaje por la enfermedad más cruel y desalmada de nuestros días volcadas en un personaje de ficción capaz de soportar las emociones y los desajustes mentales y físicos provocados por dicha enfermedad tanto en el enfermo como en el que está a su lado.
Con algún que otro toque novedoso dentro de la conocida fórmula de Mastodon, las partes melódicas están mejor trabajadas que de costumbre y las dinámicas cambiantes dentro de las composiciones vuelven a sucederse sin complejos, Emperor Of Sand es una obra sumamente luminosa (casi cegadora en su empeño) que sabe jugar con las partes oscuras de manera en que jamás perderás la esperanza, jamás acabarás hundido y nunca te harán bajar a los infiernos. Sin que The Hunter (2011) o Once More Round The Sun (2014) fueran discos flojos, si hubieran sido de sus primeros discos estaríamos hablando de obras maestras, es absolutamente irrefutable que estamos ante el mejor disco del cuarteto desde hace prácticamente una década.
Con unas variaciones vocales que comprenden (una vez más) los registros de Hinds, Dailor y Sanders, Emperor Of Sand guarda un par de sorpresas colaborativas que dejarán a más de uno de una pieza concentradas en los tres últimos cortes del disco. En Andromeda nos encontramos con un Kevin Sharp (Brutal Truth) totalmente acoplado al estilo de Mastodon sin olvidarse de su personal e instrasferible registro vocal, en Scorpion Breath nos topamos con Scott Kelly (Neurosis), otro al que hay que darle de comer aparte, y por último en Jaguar God nos encontramos con la guitarra del veterano Mike Keneally, un tipo que ha llegado a grabar hasta con Frank Zappa.
Puntuación 9
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