Puede que la mejor manera de empezar el comentario del debut de Vulk no sea la de hablar de otra banda, pero en el caso que nos ocupa creo que es tan meritorio como necesario comentar la hazaña de Cala Vento. Vulk serán los encargados de abrir el concierto de Cala Vento el próximo Jueves en la BeGood de Barcelona, concierto que a falta de tres días para su celebración ha colgado el cartel de sold-out, algo que no recuerdo (si la memoria no me falla) en la BeGood desde que la conozco, al menos a los conciertos a los que yo he ido en esa sala desde tiempos inmemoriales. Dato que ha ocasionado la apertura de una nueva fecha para el mismo concierto (aunque creo que para entonces los Vulk no estarán como teloneros) cerrada para el día anterior (hoy mismo) en la misma sala.
Dicho esto, no podía obviar el hito, nos toca hablar del cuarteto vasco Vulk y su primer disco largo titulado Beat Kamerlanden. Un título que recuerda considerablemente al escalador extremo austríaco Beat Kammerlander (tendremos que preguntarles a ellos si algo tiene que ver). La opción de Vulk ha sido la de tomar el post-punk como caballo de batalla y detallar un disco (muy dentro del estilo) que se nos presenta como una de las obras (dentro de su género) más remarcabales y accesibles hasta la fecha facturadas dentro del estado Español. Teniendo en cuenta que estamos ante uno de los momentos más prolíficos y dulces del género dentro de nuestras fronteras, es un dato a tener muy en cuenta. Una cosa voy a decir, estoy bastante seguro que ganarían mucho si cantaran en castellano.
Con un poso pop oscurantista con el que juegan en varias ocasiones durante los oco más de 30 minutos en los que se desarrollan los 9 cortes de Beat Kamerander, tanto el registro vocal como los plantemaientos musicales remiten directamente a finales de la década de los 70 en la que bandas como Wire, Television o Gang Of Four daban forma al estilo con discos tan referenciales como Pink Flag (1977), Marquee Moon (1978) o Entertainment (1979) respectivamente, para continuar posteriormente su andadura, concreción y solidificación del género a lo largo de la década de los 80 con un buen puñado de discos imprescindibles para entender el movimiento. Sacado a la luz por la gente de la sala DABADABA de San Sebastián, que estrenan su sello Elsa Records con ésta primera referencia en formato lago de Vulk, quienes ya habían autoeditado anteriormente dos referencias cortas con su nombre. Por cierto, no sé que tiene su portada pero me parece de lo más atractiva.
Puntuación 8
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