Una vez sabidos los horarios del Primavera Sound y preparadas mis listas preferenciales con los artistas que voy a ver cada día, en estos momentos, y reconociendo que me he enfrentado al Festival más fácil de montar de los últimos años, pocas solapadas me he encontrado en comparación con otros, lo único que deseo este año es que se caiga a última hora cualquiera de los que he dejado fuera y que sea sustituido por los actuales Travis. Una banda a la que he visto tres veces en directo en sus mejores momentos, en 1999, en 2001 y en 2003 con la gira del 12 Memories, pero que a día de hoy pagaría lo que fuera por verles ejecutar este Everything At Once sobre las tablas de cualquier escenario.
La perfección pop lograda con discos como The Invisible Band (2001) o The Man Who (1999), se convirtió en tarea insuperable una vez entrados en la pasada década. Tiempo durante el cual siguieron entregando correctos disco de pop en los que, sin llegar jamás, ni de lejos, a la certera capacidad de antaño para facturar hits de pop universal inconmensurables, consiguieron hacer decrecer mi interés hasta el punto de perderles la pista por momentos. Y ha tenido que ser 15 años después de su última obra maestra que Travis ha conseguido cerrar su trilogía dorada con este trallazo de pop incontestable llamado Everything At Once.
Volcando en su octavo disco de estudio Todo De Una Vez, Travis vuelve con 10 pildorazos de pop atemporal cargados en tan sólo 33 mintuos de duración pero capaces de convertirse en horas y horas de disfrute sin fín en cuanto llega la adicción a la tercera o cuarta escucha. No puedes parar de escucharlo en bucle sin que en ningún momento se te pase por la cabeza darle al stop. Eso es un disco de pop realmente bueno, ese que no puedes parar de escuchar en ningún momento, yq eu cuando lo haces, lo único que importa es encontrar un reproductor en el que poder poderlo otra vez.
Puntuación 10
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