Con una muy marcada portada metal como bien nos tienen acostumbrados el trío de Savannah, Black Tusk tenía la difícil tarea de levantar su quinto disco de estudio sin su bajista original, Jonathan Athon, quien murió el pasado 2014 en un accidente de moto, y hay que decir que han salido triunfadores de la complicada empresa que les ha tocado para su contundente y brutal Pillars Of Ash, eso por descontado. Aunque Athon dejó varias líneas de bajo grabadas antes de su defunción por accidente, el dúo formado por Andrew Fidler y Jamie May ha conseguido cerrar un disco indiscutiblemente en la tradición del grupo después de más 10 años dando guerra en la escena sludge de Georgia.
Retomando su línea más punk y hardcore, es la banda del estilo con más influencia de esa escena, de los once temas que conforman este crudo Pillars Of Ash tan sólo tres de ellos pasan de los tres minutos y dos más que pasan de los cuatro, el resto de temas se ciñen a una ajustada duranción de poco más de dos mintuos consiguiendo un dinamismo y una actividad muy de agradecer dentro del estilo. Si Kylesa ha llegado a un punto en el que mi interés por ellos ha acabado por desfallecer y Baroness hay que tener claro que juegan en otra liga, yo no hablamos de Mastodon, la escena sludge de Savannah puede darse por más que satisfecha con la publicación de otro inamovible pilar del estilo con este Pillars Of Ash.
Pero de la misma manera que su corta duiración juega a favor del dinamismo el disfrute del álbum, también se convierte en su propia carencia dentro de un disco que, si huebiera durado un poco más o contara con algún que otro tema extra, en la misma línea que el resto, se disfrutaría aún más de lo que ya se hace. Esperando que vengan a presentar, una vez más, por nuestras tierras su nuevo disco, hasta entonces no tenemos más que empollar sin más dilación estas once canciones listas y preparadas para atraparte, despedazarte y tirarte a la cuneta sin ninguna contemplación.