No podíamos empezar el año mejor, al menos en mi caso y en refrencia al apartado musical. Poco antes de acabar el año nos adelantaban The Outcast y Even In His Youth aunque el segundo no aparece en el disco, dos temas que nos ponían de nuevo en pie y con las manos en la cabeza al volver a sentir la magia y la fuerza de una banda que no ha ofrecido todavía ni un momento menor en toda su carrera sembrada de descomunales obras maestras rindiendo, de manera honrosa, los honores merecidos a la gloriosa década dorada del rock. Los 70 han vuelto y con ellos Witchcraft y su revelador Nucleus.
Y como ya he dicho que estamos ante una banda intachable hasta la fecha, siendo además mi preferido entre todos sus álbums su anterior Legend (2012), llega el momento más complicado para esta banda de rockeros empedernidos venidos desde Suecia. Si bien es cierto que su single de adelanto, The Outcast, conseguía opiniones muy positivas y nos dejaba a todos con ganas de más, hablamos de uno de los singles más directos, sólidos y potentes que ha grabado la banda hasta la fecha, la cosa se complica, y mucho, una vez tenemos el disco en las manos, aunque por ahora sea virtualmente hablando.
La cosa es que haciendo alarde de su personalidad más doom y experimental, datos que para nada hacían presagiar sus adelantos,Witchcraft ha compuesto su disco más atípico, volátil, diferente y complejo. Es el típico caso en el que el single no le hace ninguna justicia al resto del disco y es el que primero se airea para enganchar al oyente. Aunque en este caso concreto haya jugado en su contra ya que de lo esperado, nada de nada. Pero no por ello estamos ante un disco malo de Witchcraft, simplemente ante un disco de transición, de pruebas, de apertura de miras y de encontrar una nueva arista dentro de su gruesa personalidad. A partir de su segunda escucha ya se percibe mejor, y en las siguientes va creciendo de manera innegable.
Espacios abiertos, texturas misterioras, cálidas atmósferas, amplios desarrollos instrumentales, voces lángidas y un abanico de nuevas emociones y experiencias se abren dentro de este interesante y sobradamente curioso Nucleus. Un disco que desde su propia portada y la nueva estética de la banda, ya anuncia un torrente multicolor de cambios y desviaciones que representan a una banda con ganas de conquistar nuevos horizontes. Con un tema de 14 mintuos en su haber, el mismo que le da el nombre al álbum justo en su meridiano, y otro de prácticamente 16 como el penúltimo de la lista, creo que dejan bastante claras sus intenciones y para donde va a dirigirse la banda en el futuro.
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