Levantando toneladas de polvo y provocando ríos de tinta mucho antes de su estreno, el cual nos llega a España el próximo Viernes día 15 siendo de obligado cumpliento en las salas gracias a sus gloriosos 70mm y el sistema Panavision que ha recuperado Tarantino para la ocasión, la banda sonora de la octava película de Quentin Tarantino viene firmada, nada menos, que por el maestro de maestros de la bandas sonoras. Hablamos de Ennio Morricone, quien a sus 87 años ha sucumbido a las peticiones de Tarantino después de pasarse más de 30 años sin componer una banda sonora para un western.
Siendo una de las mejores bandas sonoras que podamos escuchar de los últimos 25 años, hay que admitir que las decisiones que ha tomado Tarantino para incluir en la banda sonora, aparte de las composiciones del maestro Morricone, funcionan a las mil maravillas entre tanta orquestación de nivel conducida por el maestro. Primero vamos a hablar del grueso de la banda sonora, la que firma Ennio, diciendo que, por mucho que lo esperáramos, aquí no vamos a encontrar prácticamente nada de sus propias influencias del imaginario del spagetti western. No hay guitarras rotas, no hay silvidos, estamos ante unas composiciones que llevan toda la influencia del Morricone más actual. Además debemos apuntar que algunas de las composiciones que aquí aparecen forman parte de los descartes que Carpenter hizo de algunas composiciones que Morricone compuso para La Cosa, algo se nota, la verdad.
Y como viene siendo normal en las bandas sonoras de las películas de Tarantino, el director ha escogido ciertos fragmentos de los diálogos de la película y los ha intercalado entre las canciones para amenizar tanta calidad instrumental cuando toca. Además de incluir un temazo del segundo disco de los White Stripes, uno de Roy Orbison, un tema de David Hess de la banda sonora de La Casa A La Izquierda y alguno que otro cantado por los propios protagonistas que no desentona lo más mínimo consiguiendo firmar una obra maestra de la que cual esperemos la película esté a la altura.
Siendo una de las mejores bandas sonoras que podamos escuchar de los últimos 25 años, hay que admitir que las decisiones que ha tomado Tarantino para incluir en la banda sonora, aparte de las composiciones del maestro Morricone, funcionan a las mil maravillas entre tanta orquestación de nivel conducida por el maestro. Primero vamos a hablar del grueso de la banda sonora, la que firma Ennio, diciendo que, por mucho que lo esperáramos, aquí no vamos a encontrar prácticamente nada de sus propias influencias del imaginario del spagetti western. No hay guitarras rotas, no hay silvidos, estamos ante unas composiciones que llevan toda la influencia del Morricone más actual. Además debemos apuntar que algunas de las composiciones que aquí aparecen forman parte de los descartes que Carpenter hizo de algunas composiciones que Morricone compuso para La Cosa, algo se nota, la verdad.
Y como viene siendo normal en las bandas sonoras de las películas de Tarantino, el director ha escogido ciertos fragmentos de los diálogos de la película y los ha intercalado entre las canciones para amenizar tanta calidad instrumental cuando toca. Además de incluir un temazo del segundo disco de los White Stripes, uno de Roy Orbison, un tema de David Hess de la banda sonora de La Casa A La Izquierda y alguno que otro cantado por los propios protagonistas que no desentona lo más mínimo consiguiendo firmar una obra maestra de la que cual esperemos la película esté a la altura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario