domingo, 6 de noviembre de 2016

TESTAMENT (2016) Brotherhood Of The Snake


Sin haber escuchado ni un solo acorde de éste Brotherhood Of The Snake y cayendo el concierto en una fecha harto complicada para asistir en mi caso, había decidido no comprar la entrada para el próximo 12 de Noviembre en Barcelona y perderme el concierto de Grand Magus con Testament y Amon Amarth. Aparte de que me parece fatal poner a Amon Amarth como cabezas de cartel por delante de Testament (aunque obviamente entiendo las razones comerciales) y que los suecos vikingos me aburren de manera colosal (vistos hace muy poco en el RockFest de Barcelona, ese es el efecto que me causaron), la cosa se me ponía cada vez más fácil para llevar de la mejor manera posible una decisión que ya sabía que era equivocada de entrada. Eso sin contar con los Grand Magus a los que quiero con locura.

 

La situación es ésta en este momento: Teniendo en mente y todavía coleando de vez en cuando en mi reproductor su anterior Dark Roots Of The Earth (2012), un disco que disfruté horrores en su día y que devolvió la justa posición de imprescindibles a los de Chuck Billy, y llegando a mis manos este descomunal Brotherhood Of The Snake en el momento justo, un disco en la línea de su hermano mayor que cuenta con ciertos añadidos cruciales para hacerlo aún más enorme de lo que sus propias composiciones ya lo elevan, velocidad, crudeza, técnica, melodía y ritmazo confluyen de manera magistral en el décimosegundo disco de los de Berkeley pudiendo llegar a competir con sus obras más referenciales de finales de los 80 y principios de los 90 y estando sobradamente a la altura de su última época dorada iniciada en el 2008 con el Formation Of Damantion, la cosa se empezaba a poner cada vez más complicada.

 

Pero si a todo ello le sumamos que, de la misma manera que el anterior Dark Roots Of The Earth presenciaba el regreso a la banda de Gene Hogland (batería de Testament durante el año 96 y 97), en éste Brotherhood Of The Snake tenemos nada menos que a Steve DiGiorgio en la labores de bajo (bajo de Testament desde año 98 hasta el 2004). Con dichas adiciones al bajo y a la batería (sin duda alguna dos de los mejores músicos del planeta a sus respectivos instrumentos dentro de la escena metal), junto con Chuck Billy, Eric Peterson (los dos únicos miembros originales que han estado siempre en la banda) y Alex Skolnick (quien regresó por última vez en 2005) lo que obtenemos como resultado es una formación semi-clásica de la banda (sin duda la que engloba mayor prestigio musical y mejores músicos en sus múltiples combinaciones) firmando un disco (mezclado y masterizado una vez más por Andy Sneap) con el que demostrar su enorme valía dentro de los malnombrados The Big 5 (puesto jamás reconocido y que debería estar ocupado por Testament de manera indiscutible e indudable). Incluso si me apuras y comparando los últimos trabajos de Anthax, Megadeth y Slayer (los tres con trabajos de este mismo año todos bastante por debajo de lo entregado por Testament) no le llegan a la suela de los zapatos a los útimos discos del quinteto californiano. He dicho.

Puntuación 9

No hay comentarios:

Publicar un comentario