No fue hasta hace un par de días que finalmente cayó en mis manos, después de una efusiva recomendación, el noveno disco de estudio de la banda de stoner espacial y psicotrópico capitaneada por el exóticamente chulesco Dave Wyndorf, una de las mayores personalidades del rock moderno y una auténtica rock-star de los pies a la cabeza. 22 años después de aquel revelador Spine Of God, aunque su siguiente Superjudge es su mayor "porrazo" sobre la mesa, Wyndorf continua sabiendo como facturar uno de los discos de stoner más originales y personales del estilo.
Sin ser una banda que haya seguido especialmente de cerca, después de sus primeros discos me desenganché de ellos por falta de interés contando que Dopes Of Infinity y Powertrip son discos enormes, he seguido acudiendo a sus últimos discos sin demasiado éxito. Pero si a este Last Patrol lo tuviera que colocar, ahora mismo, en una posición concreta entre su variable discografía, estaría, sin dudarlo un momento, al ladito de la primera e insuperable tetralogía que los de Jersey parieron durante la década de los 90, discos que siguen tan vigentes como el primer día, sino más, y ahí están para demostrarlo.
Con Wyndorf como único rescate de los gloriosos tiempos de los Monster Magnet originales, deja más que claro que no le hace falta nada, ni nadie, para guisarse y comerse el solito, contando con Phil Caviano en funciones de bajo, guitarra, y producción del disco, un disco tan sobresaliente y excelso como este Last Patrol. Puro Monster Magnet en esa senda stoner y personal que Wyndorf conoce bien, expuesto a través de la psicodelia, la valía vocal de Wyndorf y unas ambientaciones atmosféricas extrasensoriales y variables capaces de hacerte volar por los aires. Por cierto, menudo portadón que va directo a codearse entre lo mejor del año en cuanto a diseño se refiere, de la misma manera que lo hace su contenido poniendo en duda nuevamente mi temblorosa lista. Miedo me dan estos últimos días del año.
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