lunes, 28 de abril de 2014

MYSTICUM (1996) In The Streams Of Inferno (Reedición 2012)

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Hace muy poco terminé de leer Evolution Of The Cult, el cuarto o quinto libro que me leo sobre el black metal, y tengo que decir que, sin duda alguna, es la mejor y más completa enciclopedia sobre el tema que podéis encontrar ahora mismo en el mercado. Empezando desde el principio con Motörhead, Bathory, Venom y demás, hasta llegar a los actuales Deafheaven, pasando por las ineludibles evoluciones del género con el industrial, el folk o el viking, el autor Dayal Patterson hace un exhaustivo repaso a la escena desde sus cimientos, hasta sus actuales derroteros mucho más abiertos y actualizados.

http://open.spotify.com/album/3DywmPLLtuaIGojDOhtfup 

Pero el apartado que más me ha impactado, quizás porqué era del que menos conocimiento tenía, ha sido el del black metal industrial. Conocía a varios de los grupos que se detallan en esta industrializada ramificación del estilo, pero nunca había profundizado del todo en ninguno de ellos, además de conocer a varios de primeras a través de libro. Uno de ellos, este infame trío de Asker llamado Mysticum, probablemte la banda con batería programadas que mayores emociones me ha transmitido jamás con tan sólo con un disco.

 

Fundados a principios de los 90 como Sebazious poco tardó el trío en convertirse en Mysticum. La cosa empezó como suele empezar, sin batería en el grupo y con una caja de ritmos dispuesta a servirles de perfecto acompañante en sustitución de un músico de estudio. ¿El resultado?, un debut absolutamente abrasador e hiriente, capaz de utilizar las baterías programadas con una dinámica y una creatividad, de la misma manera que los sampleados, jamás encontrada, ni antes ni después, dentro del black metal.

 

Con una firme apología de las drogas, -don't control drugs, let them control you!- es una de las frases que reza en el insert de la reedición, recordemos que la escena noruega no era nada dada a las drogas, una estética bastante alejada de lo que podía ser el black más purista, el pelo hasta con rastas y nada de corpsepaint, lo suyo fue un fogonazo de aire viciado muy diferente a lo planteado hasta el momento y con una capacidad de salvajismo, nihilismo y peligrosidad absolutamente inherente en su escucha. Podría tirarme toda la noche hablando de ellos, pero lo mejor será que los escuchéis para juzgar vosotros mismos. Esta es la reedición 2012 que lleva algún tema extra y el único, Black Magic Mushrooms, que debería haber estado es su inexisente segundo disco Planet Satan, un disco que espero saquen algún día.

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