Se va acercando el final de año y mi lista con lo mejor de este 2015, en el apartado nacional, se convierte en una carrera de fondo en la que tan sólo 13 de ellos estarán entre los elegidos. Inamovibles como Wind Atlas, Nueva Vulcano, Toundra o Mujeres, han tomado ya posiciones, pero en los posibles tenemos a gente como Tote King, quien ha entregado su disco menos sorpresivo hasta la fecha, Christina Rosenvinge, que dando algunos de los conciertos más gordos del año no ha logrado facturar un disco todo lo redondo que esperaba, o estos Nudozurdo, a los que los cambios de tercio los han convertido prácticamente en una nueva banda, están ahí en los límites de caerse a causa de la abundante cantidad y calidad de discos que nos han llegado a caer este año.
Rojo Es Peligro es la metamorfosis sonora sufrida por Leo Mateos, cerebro absoluto de la banda, su inseparable Meta y el recién adquirido Ricky Lavado a la batería, dentro de esa bestia descabezada que era hasta la fecha Nudozurdo. Un oscuro agujero de pasión, crudeza y claustrofobia que se ha tornado en un claroscuro de tranquilididad, melancolía y serenidad en el que los teclados se meriendan a las guitarras y los nervios se transforman en relajación sonora y paz espiritual. Con este disco me pasa algo parecido a lo que me pasa con el tercero del dúo MGMT, rebosa psicodelía con un cambio de rumbo muy contundente y concreto.
De entrada ya os advierto que para cualquiera que quiera revivir las emociones de los discos anteriores de Nudozurdo se dará de bruces con una propuesta a la que hay que enfrentarse con una paciencia de elefante y una amplitud de miras con un gran angular de escándalo. A estas alturas, y llevo ya meses con él, todavía no puedo decir que la nueva orientación del trío me convenza más que sus anteriores encarnaciones, pero sin lugar a dudas se agradece que se salgan de su propio corsé para enfrentarse a una ejecución tan alejada de sus costumbres bajo el nombre de Nudozurdo. Y Ricky Lavado es Dios, eso es innegable.
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