¡Atención!, paren las máquinas, ha llegado uno de los hitos instrumentales más impresionantes del año a tan sólo unas semanas de su finalización, peligran las listas, socorro, auxilio. Y es que no es para menos, después de facturar obras tan imprescindibles como The Light The Dead See (2012), Broken (2009), It's Not Haw Far You Fall (2007) o el Tough Guys Don't Dance (2003), además del Angels & Ghosts que han sacado este mismo año en colabroación con el cantante de Depeche Mode, en los que han colaborado el propio David Gahan (Depeche Mode), Mark Lanegan (Screaming Trees), Josh Haden (Spain), Mike Patton (Faith No More) o Jason Pierce (Specemen 3), poniéndole voz en más de una ocasión a las claroscuras y sofisticadas composiciones de Sir Rich Machin y Sir Ian Glover, ha llegado el momento de demostrar al mundo que se bastan y se sobran para hacer un disco mano a mano sin necesidad de un vocalista que ensombrezca, sin quererlo, el trabajo realmente espectacular que son capaces de crear estas dos mentes privilegiadas de la escena musical actual. Unos autétnticos maestros.
Y como los maestros se nutren de maestros, como tiene que ser, la nueva criatura enteramente instrumental del dúo británico Soulsavers lleva por título Kubrick. Un título que no se limita al obvio homenaje a uno de los maestros del celuloide más grandes que ha dado la historia, sino que va más allá componiendo unos temas que basan su inspiración en personajes muy concretos y conocidos de la filmografía del cineasta americano por excelencia. Un disco que es todo un deleite para los sentidos en una de las definiciones más amplias que se puedan encontrar sobre esa sensación tan deliciosa y brutalmente preciosa. Entre sus títulos nos encontramos nombres tan sugerentes como Hal, Torrance, Mandrake o De Large, por poner varios ejemplos.
Pero aún dejando a un lado todo el referencial peso cinematográfico de la obra y sus impresionantes figuras inspiracionales, estamos ante un colosal trabajo que destila estilismo, calidad, clase y clasicismo por los cuatro costados, portador de una personalidad propia y única y, en su medida, tan referencial como los personajes sobre los que versan sus composiciones. Un círculo perfecto en forma de Uroboros en el que uno (el cine) se come al otro (la música) en un constante y perpétuo ciclo vital creado a partir de la siempre ideal unión entre cine y música. Un disco de lo más cinemático que hemos tenido este año y de cabeza a mi Top 5 de este 2015. Gracias Ester, esta te la puedes apuntar sin problema ninguno.
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