A principios de la década del 2000 empezó a surgir una fiebre colectiva por el post-hardcore, estilo que empezó a gestarse durante los 90 y que acabó eclosionando a gran escala con bandas como At-The Drive o My Chemical Romance. Pero lo bueno del estilo es que se llegó a plagar de algunas menudeces muy destacables y personales entre las que se encontraban, por supuesto, estos Chiodos a los que empecé a cogerles el gusto desde su primer redondo del 2005 llamado All's Well That Ends Well.
Dos años después editaban Bone Palace Ballet, un disco en todo superior a su debut, con mayor personalidad y una estructuración de los temas más accesible y concreta. Y en el 2010 publicaron su última obra, Illuminaudio, quizás la más oscura y menos accesible hasta la fecha, pero en la que desmostraban de nuevo una calidad compositiva muy por encima de la media.
Cuatro años después, tengo que admitir que ya no contaba con ellos, nos llega este Devil. Tarde o no, esto era de obligada escucha para mi y tengo que admitir que me ha sorprendido notablemente. Su amalgama de post-harcore, punk-pop, metalcore y emo se viste con sus mejores galas en este Devil para armarse de épica y de grandilocuencia y, ayudado por unos arreglos perfectamente estudiados, facturar un disco que bien podría colocarse justo después del Bone Palace Ballet. Me ha entrado a la primera, tiene todos los rasgos característicos de los Chiodos y suena a las mil maravillas. De nuevo me han vuelto a cazar.
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