Muchas, muchas ganas había de escuchar este Flowesia, y eso a veces juega en contra como ya sabréis. Tres años después de un disco tan original, personal, fresco, diferente y concreto dentro de su discografía, e incluso dentro de su estilo, Flowesia tenía el difícil objetivo de superar al Shotta de Profundo y, sintiéndolo mucho, Flowesia no cumple las expectativas con respecto a su precursor. Ya no pongo el Héroe como referencia porque es imposible que él solito supere ese discazo sin tener a su hermano al lado.
Quizás, el mayor problema de este Flowesia resida en que el progreso de Shotta desde sus inicios hasta el momento ha sido ascendente, un mc que en tan sólo 4 discos ha pasado de ser el hermano rebelde y ordinario del Tote a convertirse en una de las cabezas visibles del movimiento, pero en cambio en este último disco parece que ha dado un paso atrás en esa creciente evolución y volvemos a tener al Shotta del lejano Sangre, algo que no es malo en ningún caso, pero que no responde a lo que yo esperaba de él.
El disco se deja escuchar bastante bien, además poco a poco va creciendo en tu interior y estoy seguro que lo acabaré disfrutando tanto como sus discos anteriores al Profundo, pero no como el Profundo. Estaba convencido que después de ese discazo y del compartido junto a su hermano, la calidad del Shotta iba a despuntar una vez más, pero parace que le hace falta alguien a los beats como Griffi para motivarlo o la competición directa con su hermano para sacar lo mejor de si mismo. Me gusta poco la primera parte del disco, es muy feliz y no me entra el rollo para nada, la parte central, más dura, melancólica y destructiva, es mi favorita, y el final del disco me parece más correcto que el principio, aunque también sé que estoy condicionado por mi incorruptible amor al Profundo y soy demasiado duro con él.
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