Se hace difícil definir, o incluso tomar en serio, la singular propuesta de este dúo lo-fi de Barcelona, autodefinido como necro-folk, que se estrena con su debut largo en uno de los sellos más interesantes y en auge del underground de la Ciudad Condal. Estamos hablando de los fantabulosos Boston Pizza, una de las discográficas jóvenes más originales y eclécticas del panorama nacional que puede presumir de tener en su escudería a gente tan diametralmente opuesta como Wind Atlas, ya he dicho hasta la saciedad que se han cascado el mejor disco del año hastala fecha, The Destroyed Room, enorme banda de pop-rock con una trayectoria envidiable, o Zephyr Lake, un día tengo que hablar largo y tendido de estos pedazo de músicos, tres bandas sin escena concreta, sin etiquetas aplicables, pero con una cosa en común, Boston Pizza Records.
Como decía al principio, esto se puede tomar de dos maneras, como un ejercicio de arte conceptual único e incomparable, algo que desde el punto de vista musical no aporta demasiado a la propia música más que un marco situacional de ocultismo imaginario y oscurantismo personal, o, por el contrario, tomártelo todo a broma como un absurdo despropósito que, de nuevo, tampoco afecta de manera directa al plano musical del disco, pero que por otra parte, si que puede hacer que te introduzcas en el disco de cabeza o lo dejes completamente apartado por parecerte una broma sin demasiado acierto ni gusto.
Su sonido no es fácil de encajar de primeras, ténues guitarras acústicas, panderetas, campanillas y demás instrumentos estrafalarios se mezclan con los enervantes sintetizadores de baja calidad y un registro vocal tan punk y punzante que es prácticamente hirirente. Pero una vez superados los primeros obstáculos, es indescripticble la capacidad que tienen para atraer a las almas paganas a su liturgia. Una liturgia llamada Octagrammation y que está compuesta por ocho adictivos temas que traspasan los límtes de la depresión, el dolor, la maldad, el macarrismo, la desesperación y la oscuridad para parir una de las obras más alucinógenas e inclasificables del año. Barcelona manda. El próximo Miércoles día 1 de Abril los tenemos en concierto en Barcelona en la sala Heliogabal.