He de admitir que la película de Nolan no me llegó lo más mínimo, no conecté con su lado emocional ni tampoco con su lado arty, eso hizo que mi atención por su banda sonora aumentara considerablemente durante sus dos horas y media de metraje consiguiendo que saliera algo más convencido de ella simplemente por tener una de las partituras más impresionantes y visonarias del género en los últimos años.
Poco más se puede decir ya del maestro Zimmer que no se haya dicho ya, uno de los más habilidosos a la hora de saber mutar de piel con los estilos y los conceptos con los que tiene que trabajar en cada película ajustando a la perfección esa impresindible conexión mágica entre imágenes y música que tan bien sabe ejecutar, pero os puedo garantizar que estamos ante una de las mejores y mayores obras de Zimmer por la que, a mi parecer, debería haber ganado el Oscar a mejor banda sonora ex-aequo con la de Desplat. A disfrutar de lo único bueno y magistral que tiene Interstellar, su odisea musical facturada por el maestro Zimmer.
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