LITURGY (2015) The Ark Work

 

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Sin duda alguna, uno de mis discos más esperados del año. No soy de escuchar adelantos, por lo general, pero he de admitir que en cuanto se puso en circulación, hace ya un tiempo, el primer single de este The Ark Work, llamado Quetzalcoatl, mis expectativas se dispararon hasta límites insospechados. Además hace un par de semanas soltaron el segundo galimatías musical del disco titulado Reign Array, una composición de 11 minutos de duración no apta para psicóticos ni desequilibrados, para ese tipo de gente escuchar este The Ark Work al completo, les puede acabar por joder la vida de verdad.

 

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Para adentrarse en el tercer largo de la banda capitaneada por el polémico Hunter Hunt-Hendrix, quien ha conseguido realizar un trabajo vocal sobresaliente para la ocasión, hay que estar muy cuerdo, pisar con los pies en la tierra y tener un equilibrio mental y emocional cercano al zen, creo que es la única manera de enfrentarse a él y salir victorioso. De lo contrario, es capaz de hacerte perder el norte, salir tocado de la experiencia e incluso no volver a ser el mismo, estáis avisados. The Ark Work no es ninguna broma, es una fuerza creativa tan potente como abstracta apta solamente para el que la pueda apreciar en toda su capacidad expresiva y emocional, cualidades prácticamente inagotables en el disco.

 

Jugando de nuevo con los bucles cíclicos de repeticiones rítmicas y melódicas hasta el punto de la irritación y la exasperación, un sentiemiento de desbordamiento infinito y creciente inunda las indescifrables composiciones que incluyen todo tipo de instrumentación foránea a su original y graciosa etiqueta de transcendental black metal (campanas, xilófonos, gaitas, timbales, sintetizadores), en la que la abstracción de la IDM y los ritmos experimentales traídos del hip-hop más vanguardista se entremezclan en una odisea sonora capaz de sorprender a cualquiera y barrerlo de la faz de tierra de un plumazo para llevarlo a un universo absolutamente inexplorado e inconexo por el que, una vez acostumbrados, acabamos fluyendo sin remedio. Lo sabía, solamente hacía falta tener a mano para escucharlo y confirmarlo, ¡¡¡¡DISCO DEL AÑO!!!!. Como curiosidad diré que lo he escuchado las mismas veces que el de The Prodigy cuando hice el comentario, y sin dudarlo un momento, puedo afirmar con tan sólo dos escuchas que no me voy a arrepentir de mi comentario.