Y después de una semana muy dada a los sonidos metálicos, tampoco excesivamente extremos, hoy nos descolgamos, y mucho, con lo último del grandísimo Ben Harper. Ben es un tipo al que siempre llevaré en mi corazón, sus 3 primeros discos fueron biblias en sus días para mi, los dos siguientes me parecen enormes también, y el directo que sacó, es difícilmente superable por culaquiera. Pero también he de decir que sus últimos discos, mucho más encarados al blues y al rock añejo, me han hecho desplazarme de él durante estos últimos años.
Pero como donde hubo fuego siempre quedan brasas, mi reecuentro con él, aunque nunca he dejado de escuchar sus primeros discos, ha sido de lo más delicioso y añorado. Su último disco tiene una protagonista de excepción, entre Ben y su madre Ellen, han creado un disco de lo más familiar, delicioso y de una delicadeza tan abrumadora como emotiva que consigue elevarte y relejarte hasta tal punto que Childhood Home se convierte en una obra maestra indiscutible del folk aterciopelado, simple, bonito y sincero.
Anclado en un estilo muy de raíces, nada de producciónes molloniarias ni arrreglos pomposos, una muy suave base rítmica acompaña a las dos guitarras de Ben y Ellen dibujando el perfecto paisaje para unas voces que, siendo claramanete diferentes, empastan a la perfección gracias a una química tan natural como evidente. Directo a la lista con los mejores del año.
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