sábado, 31 de mayo de 2014

PRIMAVERA SOUND FESTIVAL 2014 (JUEVES 29 DE MAYO). El día que Arcade Fire arrasó el Festival.


Llegaba el Jueves, el primer día grande del Festival y, la verdad, la cosa no podía empezar mejor. LLegar al recinto un poco antes y hacer el repaso de rigor a los stands de Error! Design, Aloud Records y toda la retalía de diseñadores y sellos que se dan cita en el Festival es algo de obligado cumplimiento. Y cual fue mi sopresa al llegar al stand de Bcore y encontrarme allí con dos de mis ídolos más queridos desde siempre. Eric Fuentes y Ramón Rodríguez, muy amables y cercanos, se hicieros un triple-selfie conmigo y Eric me da un besito por haber comprado su triple cd de Barcelona, uno de los mejores discos nacionales que nos ha dejado este 2014. Como ya he dicho, la cosa no podía empezar mejor.


El primero de la lista era el proyecto paralelo de J. de Los Planetas. Grupo de Expertos Sol y Nieve es uno de eso grupos nacionales de pop-rock que en estudio son altamente disfrutable pero que en directo, en gran parte por culpa de J. y su apagada voz, siempre se les puede exigir más. Con un reciente Ep sacado bajo el sello de Primavera Sound la cita, que era sobre las 17.30 en el escenario Sony, uno de los grandes del Festi, se cubrió mejor de lo esperado por el grupo granadino y nos dejó con la moral bastante fresca para dirigirnos a la otra punta del Festival, hasta el escenario Pitchfork, para ver a la americana Glasser.

 

El concierto de Glasser estubo muy bien, pero hay que admitir que en estudio la americana, así como el grupo de J., también gana enteros. Con una modesta presentación en la que tan sólo contaba con un acompañante que se dedicaba a soltar las bases y añadir los sampleados de las canciones, Cameron Merisow, que es así como se llama la chica en cuestión, nos sublimó una actuación con una una voz que, también en directo, nos remite directamente a nuestra islandesa favortia Björk, un chorro de voz tan amable, fuerte y limpio que demostraba una calidad vocal impresionante. Pero hubo un problema, la sombra de la insufrible Grimes planeba sobre ella cuando se dedicaba a hacer sus bailes estrafalarios y sus grititos histéricos, algo que bajaba la calidad de la actuación convirtiendo la calidad vocal en festividad alocada, un poco descuadrante por momentos. Por cierto, mención especial al modelito y los extraños tatuajes de la americana.


Empezaban las pateadas. De vuelta al escenario Sony, la cita era con los tejanos Midlake. El primer concierto del día al que le tenía muchas, muchas ganas y que cumplieron sobradamente con lo esperado. Lo suyo es el folk de aires progresivos y muy personales en el que las texturas amables y la variedad instrumental se funden en una conjugación casi espacial y, sin duda, que alimenta los sentidos y el alma de manera brutal. Con el sol todavía de cara los Midlake consiguieron emocionarme sin medida con las canciones de su último disco, el mejor sobradamente, y el estreno como vocalista de Eric Pulido se saldaba con un golazo por toda la escuadra a Tim Smith, quien los dejaba colgados en medio de la grabación del impresindible Antiphon que presentaban en el Festival. Momento memorable.


Otro de mis momentos más deseados del Festival, de lejos, era ver al cuarteto formado por Emily, Theresa, Jenny Lee y Stella sobre las tablas del Heineken. Con un telón de fondo que presentaba la portada de su flamante disco homónimo, las Warpaint llegaron al escenario grande del Primavera para demostrar que su personal e hipnótico pop fibroso y delicioso gana enteros en directo poniendo al respetable a sus pies con unas interpretaciones llenas de nervio, garra y dulzura a partes iguales. Con un protagonismo vocal en el que todas tenían cabida, su estética descuidada y nada dada a las apreturas las presenta como las chicas rebeldes del pop que son. Inconformistas y pasionales, sobre el escenrio se convierten en una experiencia sensorial rica en matices y preñada de actitud.


La primera confirmación que tuvimos para este Primavera 2014 fue la del regreso a los escenarios de la mítica banda de indie-folk de finales de los 80 capitaneada por Jeff Mangum Neutral Milk Hotel. Jeff está absolutemente irreconocible, barba, bigote y gorro en ristre además de los más de 15 años que hacía que no lo veía, y lleva una banda de acompañamiento que no sé si estaba compuesta por los mismos que lo hacían en su día, pero de lo que sí estoy totalmente seguro es de que tanto las percusiones, como la sierra, los acordeones, las trompetas y los trombones que utilizó la banda que lo acompañaba sonaron incluso mejor que la propia voz de Mangum. Impresionante el comienzo del concierto con los temas más emblemáticos de su Aeroplane Over The Sea, pero a mitad del concierto Jeff ya se había quedado casi sin voz y el resto del concierto se convirtió prácticamente en instrumental excepto cuando él y su guitarra erán los únicos que se hacían con todo el protagismo. Una leyenda más tachada de la lista pero que no cumplió del todo con las expectativas.


Y de leyenda en leyenda no fuimos de nuevo al Heineken para ver a la banda de Josh Home en directo. Mi tercera vez con los Queens y, he de admitir que, la peor. Me salté algunos de los que quería ver solamente por ver como funcionaban las canciones de último disco en directo, para mi el mejor que han sacado desde el Songs For The Deaf, y, estando simplemente correctos, he de decir que les faltó mucha garra, mucha fuerza y mucho, pero que mucho mojo. Home cumple la papeleta que le toca y ejecuta temazo tras temazo (como una máquina) para hacer disfrutar al personal que es lo que le pide, pero tanto el bajo como la batería no sonaban como debían y eso le quitaba parte de la gracia a la banda. Muy fallidos, al menos para mi.


Y sin tener que movernos del mismo recinto en el que nos encontrábamos, el escenario Heineken y el Sony están uno frente al otro, nos dimos la vuelta para disfrutar del plato fuerte del día, y probablemente del Festival, la gloriosa celebración del concierto de los Arcade Fire. Mi primera vez con los Arcade Fire y puedo decir alto y claro que, sin ser una de mis bandas favortias de la actualidad, me gustan mucho pero no están entre los elegidos, coparon mis expectativas más allá de lo previsto con un show, centrado sobretodo en su último disco Reflektor, tema con el que empezaron el concierto, tan sublime, delicioso y profesional que su propuesta los ponía a años luz del resto de propuestas del Festival. Trajes que cambiaban de color con la luz, una sección de cuerda, otra de viento, otra de percusión, maquillajes, pianos, proyecciones, confetti, y una calidad tan abrumadora como su show hicieron del concierto uno de los momentos más emotivos y memorables del festi. Una pena no haber podido acabar de verlos ya que mi corazón ansiaba horrores encontrarse con la modestia perfsonificada en mi escenario favorito del Festival, el pequeño de la familia, el Vice.   
  

Creo que la foto define a la perfección lo que fue el concierto de Touche Amore, puro amor, pura pasión, pura hermanda, pura emoción, puro hardcore, no hay más. El otro día lo comentaba con una amiga, ya puedes ver a los Queens, como a los Arcade, como que a las Warpaint, todos esos grupos te colman de emociones, te hacen sentir sus canciones de maneras indescriptibles, pero el hardcore es diferente, el hardcore es vida, es una conexión física y mental única en la música, es lo más cerca que puedes estar de sentirte dentro de la banda, de vivirla, de vivir las canciones, no simplemente de sentirlas, sino de formar parte de ellas directamente, y eso es lo que nos hicieron vivir los Touche Amore esa noche en el Vice, la magia del hardcore, la autenticidad de una escena y una música que es una mentalidad y un modo de vida que va más allá de misma música. El mejor concierto del Festival hasta el momento, punto y final.

Mañana más.

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