Todo está en su sitio, perfectamente nivelado y de la misma manera que lo llevan haciendo en los tres últimos discos. Un punto que puede significar para muchos su fuerte, probablemente los que flipaban con ellos lo seguirán haciendo, es para otros un vacío monótono y antievolutivo que prácticamente después del asalto sonoro de los dos primeros temas, te deja el resto del disco bastante indiferente a causa de la repetición y reiteración en el odioso más de lo mismo.
No sorprenden y, lo tanto, llegan a cansar soberanamente cuando sabes perfectamente lo que te vas a encontrar en cada uno de los temas, tocados con una precisión inhumana y con un sonido capaz de hacer demoler los cimientos de tu casa, pero he de admitir que he llegado al final de el trayecto con ellos. Recycle or die!.
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