Otro de los muy esperados efectos Primaverales que viviremos en el Festival por excelencia de la Ciudad Condal son, sin lugar a dudas, los tejanos Midlake. Una banda a la que aprecio mucho más por su último disco, que por sus enturbiadas obras anteriores, siendo este Antiphon tan impresionante como imprevisible para mi, y para muchos. Un disco claramente marcado a fuego por la deserción de su vocalista, escritor y fundador Tim Smith.
Una situación que ha pillado tan de sorpresa a los fans como al propio grupo que, una vez con las canciones del nuevo disco prácticamente listas, Tim decide partir peras con la banda, no se han conocido las razones, y es en ese preciso momento cuando la banda decide poner al frente de la misma a Eric Pulido, quien ya era el guitarrista de la banda, reescribiendo las canciones y la música desde cero y transformando ese momentáneo momento de incertidumbre, en su mejor disco hasta la fecha, con mucha diferencia. Un acierto tan grande como Godzilla.
Si en las anteriores obras de los Midlake nos encontrábamos con una banda algo claustrofóbica y apenada, en la que Smith era prácticamente el único protagonista destacado, ahora los Midlake juegan con esa melancolia de la misma manera que juegan con la esperanza de los claroscuros y una calidad instrumental inédita hasta la fecha en el seno del combo. Folk espacial, pop de alto copete, aires de sofisticación y un punto extra que bascula entre el progresivo y el post-rock de una manera absolutamente deliciosa. Decidamente imperdibles. Una cosa si que voy a decir, estamos ante una de las peores portadas del año.
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