CAMARONES ORQUESTA GUITARRÍSTICA H&M PRO 17.00 (7)
Empezaban los tres días grandes del Festival y yo decidí aparecer por el H&M Pro a eso de las 17.00 de la tarde, uno de los escenarios más pequeños del mismo, para ver una de las varias bandas brasileñas que han recaído este año en el Primavera Sound después de haber sido el país inivitado por la organización. Camarones Orquesta Gitarrística es un cuarteto de rock intsrumental que pluraliza su propuesta añadiéndole cantidades ingentes de surf y rock de raíces latinas, ejecutando auténticas bombas de relojería sobre las tablas durante las que la fiesta, la adrenalina y el bailoteo llegan a niveles de disfrute absolutamente tremendos. Ese guitarra con tan sólo las dos últimas cuerdas de su instrumento y esa bajista que contagiaba sin remedio su pasión y su alegría, fueron lo más a esas horas. Empezar la tarde con 40 bailongos minutos al solecito y al lado del mar, fue un lujo al alcance de muy pocos, ya que no éramos más de 30 personas. A esto es a lo que se llama empezar el Festival con muy buen pie. Mención especial a Tomás, un chico de Andalucía que conocí en el concierto más majo que las pesetas y que me lo hizo aún más llevadero
OCELLOT Pitchfork 17.30 (2)
La siguiente opción pasaba por el grupo de pop nacional llamado Ocellot. Otra de esas bandas que se suma a la moda de Panda Bear y Animal Collective con una puesta en escena cargada de extremada psicodelia pop, tanto como para asustarme, en la que teclados, panderetas, percusiones y guitarras se fundían en un pastiche infumable de capas de melodías pastelosas en las que, de nuevo, me pierdo y no se encontrar el camino por el cual disfrutarlas. Aburridos, aunque parezca mentira, cargantes y, para mi, incluso enervantes en algunos momentos. Tengo que decir que no caso con esta vertiente del pop psicodélico actual más allá del sublime Merriweather Pavillion de los Animal Collective, el único disco destacable de toda esta vertiente de bandas. Mi ansia por descubrir bandas me llevó a una de las decisiones menos acertadas del día.
CHILDHOOD Heineken 18.00 (7)
Y como lo de Ocellot no me convencia lo más minimo, aún gracias que aguanté tres temas, de cabeza al escenario grande del Festival, el Heineken, en la otra punta del enorme recinto del Primavera, no sé la de kilómetros que habré hecho este fin de semana. A pleno sol y con las vistas al mar de nuevo, el pop rock de aires relajados y evocadores del cuarteto londinense Childhood hizo del delicias de los allí congregados. Tampoco muchos ya que las horas no son las más ideales para todo el público. Efectivos y entregados, el set desgranó gran parte de su debut resultando en una actuación que desprendía amabilidad y buenas intenciones por los cuatros costados y me dejaba con un muy buen sabor de boca con una banda a la que no conocía demasiado. Su frontman, Ben Romans-Hopcraft tiene un carisma y un talento natural absolutamente contagioso y la banda estuvo sembrada en la ejecución de los temas.
YASMINE HAMDAN ATP 19.00 (4)
Cuando me enteré de que la libanesa venía al Festival, uno de mis sueños más imprensables se veía materializado gracias a la siempre sorprendente selección del Primavera Sound, cuyo eclecticismo es cada año más y mejor. Pues bien, si en su disco debut Yasmine opta por la ejecución folk de los temas envolviendo de instrumentación étnica su Ya Nass, dotado de una producción, limpia, dulce y sumamente amable y preciosista, la traslación al directo de las composiciones se presentó como una de las decepciones más grandes que he sufrido jamás. Optando por un rock oscuro, pesado y obstuso, la tarde la salvaron sus contoneos ante el micro y la natural belleza de sus facciones exóticas. Fue un completo desatino tanto la desidia y seriedad con la que interpretaba los temas, como los nada acertados efectos voz que utilizaba con un segundo micro que llevaba acoplado al lado del otro. Descalza sobre el escenario, un detalle que siempre llama mi atención y que no sería la única vez que lo viera durante el Festival, la Hamdan no acertó nada más que en eso conmigo. Aquí sí que tengo que agradecer exageradamente la compañía de mi hermana Aina sin la que el concierto hubiera sido algo parecido a un suplicio chino.
BENJAMIN BOOKER Heineken 20.00 (8)
Y de nuevo a cruzar el recinto entero hasta llegar al Heineken para repetir con el grandisoso Benjamin Booker. Desplegando un set-list clavado al de la noche anterior en la sala Barts, hay que admitir que su actuación, siendo algo superior en sonido, no llegó ni por asomo a las cotas de intensidad y contundencia que le ofrecen las cuatro paredes de un club cerrado y pequeño. Sólido y honesto, la conexión con el público fue prácticamente unánime, aunque el Oh Little Liza, Little Liza Jane no saliera como debería, y sus arrebatos de garage rock y blues epiléptico dejaron a más de uno roto y con la lengua fuera dando el pistoletazo de salidad a una noche que daría mucho más de si de lo que había dado la tarde. Aina, siento que no lo pudieras disfrutar la noche anterior, hubieras flipado el triple.
OUGHT Pitchfork 20.55 (6)
Acto seguido debería haberme quedado en el recinto del Heineken-Primavera para disfrutar de lo que fue un pedazo de directo de The Replacements, del cual pude ver los dos últimos temas, pero por ser una de esas bandas que no tengo nada estudiadas y coincidir en horario con el de los Ought, me decliné por ese cuarteto afincado en Quebec decidido a romper barreras entre el hardcore y el post-punk a golpe de nerviosos hitazos de rock espasmódico con el que, sin ser nada del otro mundo, me hicieron disfrutar altivamente con algún que otro temazo de su debut en el escenario Pitchfork. Nada destacable.
Antony y la filarmónica de Barcelona Heineken 22.20 (10)
Y llegaba uno de los momentos cumbres del Festival, el momento en el que Antony y la filarmónica de Barcelona llenaban el escenario grande del Primavera Sound, el Heineken, a la hora perfecta, las 22.20 de la noche. Con una intro en la que una bailarina disfrazada nos metió en situación de lo que se presentaba esa noche sobre el escenario, filarmónica en el escenario y proyección en la parte de atrás activada y funcionando, Antony aparecía sobre las tablas del escenario principal del Primavera cual entidad fantasmagórica envuelto en ese irresistible halo de misticismo y deidad que supura por todos los poros de su piel. La diva llegaba y el resto es historia. Apoyado en una grotesca, incómoda e incluso siniestra proyección al más puro estilo Jorodowski a la japonesa y una iluminación de contrastes de colores al más puro estilo del maestro Bava, todos los componentes de la filarmónica acompañaban al blanco impoluto de Anotny de la misma manera que se fusionaban a la perfección con sus tonales melodías vocales de manera simbiótica e irremediablemente dramática cual catarsis musical, emocional y vital. Después de pasarme prácticamente la mitad del concierto llorando de la emoción y haberme perdido a Brand New, que eran el segundo de mis buques insignias del Festival y coincidía en horario con Antony, he de decir que muy pocos pueden acercarse a la sensibilidad y a la calidad como artista de Antony sobre un escenario. Sin duda, entre los cinco mejores conciertos del Festival. Esther, Aina, gracias por estar ahí, lo mismo te digo Aru, que aunque fuera en la distancia allí estabas también.
THE BLACK KEYS Primavera 23.45 (3)
Otra de las bandas del cartel a la que le tenía unas ganas tremendas, era al dúo formado por Dan y Patrick y que responde al nombre de The Black Keys. Un combo de rock sin etiquetas que lleva muchos años dando guerra y que, poco a poco y gracias a su esferzo, han ido escalando posiciones en el mainstream del indie hasta convertirse en uno de los actos más reputados de la escena. Para mi, su disco El Camino es una absoluta obra maestra. Pues bien, abriendo el concierto con uno de los hits indiscutibles del nombrado disco, no pude más que llevarme las manos a la cabeza absolutamente decepcionado con un sonido vacío, cutre, nada musculado y muy poco definido. Tres canciones aguanté y ya fueron demasiadas, nunca más los volveré a escuchar con tan buenos oídos después de esto. Espero que en un club la cosa cambie, pero tener que ver a una banda que me gusta tanto en esas circunstancias me pareció tan penoso como lo de los Queens Of The Stone Age el año pasado. Corramos un tupido velo y a descansar las piernas un rato al stand de Javi, Miguel e Iván en esa fiesta paralela que se llevaban los tres en el TuPaTuTuPa meets Bestiarie stand de la zona comercial del Festival. Los auténticos jefazos del cotarro vamos.
SUNN O))) ATP 01.00 (7)
Sé que la nota va a ser polémica entre mis allegados ya que al concierto fuimos Javi y yo solamente para reirnos. Y eso hicimos sobradamente con ocurrrentes chascarrillos sobre la dudosa calidad y trabajo de composición que representa tocar una nota y dejarla acoplada al ampli durante interminables minutos construyendo una muralla sónica indescifrable y, para algunos, carente de cualidades artísticas o destacables más allá de la abstracción del sonido pura y dura. Pero claro, cuando una persona allegada a la organización te dice que durante el concierto de Sunn O))) les llegaron como 80 denuncias de los vecinos por las vibraciones de los graves contra sus ventanas y que el combo dejó inservible una de las mesas de sonido que utilizaron para sonorizar el concierto por culpa de lo mismo, está claro que los terroristas sonoros capitaneados por O'Malley y Anderson cumplieron sobradamente sus objetivos, y eso es meritorio de ese notable raspado. Recuerdo que incluso desde el stand, que estaba bastante alejado del concierto y situado totalmente fuera de línea de los altavoces, se notaba la vibración desde dentro. Unos putos animales.
ELECTRIC WIZARD Adidas Originals 01.50 (10)
Pero todavía quedaba pisar mi escenario fetiche, que aunque cada vez lo cambien de nombre siempre será mi favorito, el pequeño Adidas Originals, para disfrutar de uno de los actos más crudos, duros, brutales y contundentes que ha pisado jamás el Festival. Estamos hablando del combo de metal pesado Electric Wizard, quienes ofrecieron un set absolutamente perfecto, para mi ni les faltó ni les sobró nada, en una hora justa de puro salvajismo metalizado, ilustrado por unas proyecciones sacadas de las peores películas góticas de la época de Paul Naschy y Jess Franco, dándoles tiempo a desgranar incluso alguna que otra perla del mítico Dopethrone en un cierre de velada digno de los más jefazos del Festival. No hubo margen de error en la selección de temas, no hubo margen de error en el sonido y no hubo margen de error en las voces, aboslutamente e indiscutblemente un jodido 10 como una casa de payés. Solamente superados por Antony y su impresionante puesta en escena. Me encanta cerrar cada día del Festival con contundencia, es tradición, y la noche del Jueves de este 2015 pasará a los anales de la historia por obra y gracia de los insuperables Electric Wizard.
Mañana más...