Sé que melancolía y frescor no suelen ir de la mano, pero si de algo sabe Zahara es de combinar a la perfección esos dos sentimientos musicales y desenvolverse entre ellos de manera magistral. Los claroscuros siempre han sido armas utilizadas por las bandas, pero no es el caso de Zahara, ella sabe como alegrarte e iluminarte a través de la melancolía, la convicción y las adversidades, y eso no es algo que se encuentre todos los días. Una de las cosas que mejor le ha sentado a Zahara ha sido la autoedición, el disco sale bajo su propio sello, es admirable que haya lanzado a por ello. Pero está claro que la producción, los músicos de sesión, los arreglos y las mezclas, a cargo del gran Max Dingel, le ha dejado un disco de lo más impresionante.
Pero de nada le habría valido ninguno de esos preciados dones, sin unas composiciones a la altura de las circunstacias, y de eso va absolutamente sobrado este Santa. 11 temas, 11 hitazos, no hay más, no es discutible, punto y aparte. Algunos como baladas, otros como pildorazos pop irresistibles y otros como ramalazos de pop alegre y desenfado, todos suenan bellos, frondosos y majestuosos. Santa es la amarga dulzura en forma de canción. La edición se pasa también de preciosa, una maravilla en todos los sentidos, portadas intercambiables, cd extra de rarezas, libro de poemas, lo dicho, no lo podéis dejar escapar.
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