Pero he de admitir que, del mismo modo que las solapadas representan uno de los momentos más amargos del pre-Festival, cuando llega el momento del rascar el cartel y empezar a analizarlo artista por artista, se convierte en uno de los momentos musicales más provechosos del año con diferencia. Para un curioso musical como yo con vocación de descubrir toda la música posible habida y por haber, ese cartel es la puta panacea, el lugar soñado, mi dorado campo de trigo. Y este año, aparte de apuntarme a los indesciptibles Fumaça Pretá, otro de los artistas que más en gracia me han caído, ha sido este Strand Of Oaks, o lo que es lo mismo, Timothy Showalter.
Showalter es uno de esos artistas tan inclasificables como interesantes, de vida convulsa y oscura, en la que las ex-s, las drogas y los accidentes, este Heal lleva ese nombre por la recuperación que hizo Showalter después de un accidente prácticamente mortal, exponen a un cantautor que puede deshacerse en el folk acústico de la misma manera que firma un hitazo de post-punk sin despeinarse o se pasa al indie más personalizado sin complejos añadidos, en un disco que bebe de todo sin abusar de nada y al que le imprime un sello tan personal y único, con ese punto entre torturado y amable, que elevan la calidad y el valor de este Heal sin discusión posible despojándolo al momento de cualquier etiqueta conocida.
Esta misma noche empieza el Festival en la sala Apolo con Boreals, Ibeyi y Ratking. Un cartel de lo más ecléctico y variopinto, post-rock, trip-hop y rap respectivamente, que representa a la perfección el espíritu de un Festival cada año más libre y desprovisto de etiquetas, apostando por todo tipo de propuestas incluso dentro de un mismo recinto en las noches de presentación previas al Festival grande. Mañana mismo empezamos con los comentarios de los concietos, stay tuned!.
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