5 años después de su reunión y contando ya con dos discos desde entonces, Boysetsfire nos presentan se segundo álbum de retorno, curiosamente autotitulado, en el que siguen dejando intacto su estilo y sus formas para conformar el que sin duda es su mejor disco desde la reunión. Teniendo en cuenta que a estas alturas no hacía falta ninguna reunión de Boysetsfire ni tampoco ningún disco nuevo, sus mejores e insuperables obras de mediados de los 90 y principios del 2000 han quedado ahí como un legado inquebrantable, hay que admitir que es de agradecer que el disco que hagan sea como este Boysetsfire, un auténtico pepinazo en la mejor tradición de la banda.
Como si para ellos no hubiera pasado ni un segundo desde sus inicios, como digo la conservación de su estilo y sus formas es absolutamente inalterable, vuelven a su discurso político-social en el que se despachan agusto con las injusticias y te invitan a la militancia en las calles si es necesario para poner las cosas en su sitio. Hardcore con conciencia y valores sociales expresados desde un punto de vista esperanzador, militante, melancólico, crudo y visceral, componentes que sobresalen enormemente en las composiciones de la banda desde siempre.
Tocando los dos extremos de manera magistral, tienen ese don especial para combinar las dos facetas más amables y brutas del hardcore y salir airosos del experimento, hay varios momentos del disco que me retraen a la época del After The Elogy y el Misery Index de manera tan fidedigna y gloriosa que casi veo como escapa una lágrima de mis ojos por la emoción. No haría falta, pero eso tampoco quita que mi disfrute con él sea máximo.
Como si para ellos no hubiera pasado ni un segundo desde sus inicios, como digo la conservación de su estilo y sus formas es absolutamente inalterable, vuelven a su discurso político-social en el que se despachan agusto con las injusticias y te invitan a la militancia en las calles si es necesario para poner las cosas en su sitio. Hardcore con conciencia y valores sociales expresados desde un punto de vista esperanzador, militante, melancólico, crudo y visceral, componentes que sobresalen enormemente en las composiciones de la banda desde siempre.
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Tocando los dos extremos de manera magistral, tienen ese don especial para combinar las dos facetas más amables y brutas del hardcore y salir airosos del experimento, hay varios momentos del disco que me retraen a la época del After The Elogy y el Misery Index de manera tan fidedigna y gloriosa que casi veo como escapa una lágrima de mis ojos por la emoción. No haría falta, pero eso tampoco quita que mi disfrute con él sea máximo.
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