Hoy nos centramos de pleno en este artista llamado Michael Gungor y su folk celestial y renovador con el que me ha conseguido embrujar a la primera de cambio. Otro de esos descubrimientos para deleitarse los oídos sin prisa pero sin pausa, junto con el de Maria Mena se están convirtiendo en mis discos de la semana, es sin duda alguna éste Ghosts Upon The Earth, un discarral de esos de cocción lenta y sublimes acabados que te entra como el agua desde el primer momento pero que además sigue creciendo continuamente después de cada escucha dando una apacible sensación de disfrute infinito e inagotable.
Formado en el folk, el gospel y el pop de raíces americanas sus discos en solitario, 5 en total desde el 2003 hasta el 2008, le hicieron ganar cierta reputación en los círculos independientes hasta que el pasado 2010 se decidió finalmente a montar su propia banda bajo su apellido y facturar el aclamado Beautiful Things, con el que consiguió incluso alguna nominación a los Grammys. Su estilo es etéreo y espiritual, es precioso y oscuro, es luminoso y decadente, es más y es menos, es yin y es yan. Sus inagotables virtudes son polos opuestos que se encuentran y se dan la mano sin complejos en composiciones que elevan la etiqueta de calidad superor hasta cotas insospechables.
Arropado en todo momento por la dulzura de su preciosa esposa Claire, quién nos deleita en más de una ocasión con su agudo y celestial registro vocal, alternando las labores vocales del disco con su marido o incluso combinando a dúo sus dos voces para mayor derretimiento del público. Un disco que me ha supuesto toda una revelación y que, como ya he dicho antes, parece no tener fin en su afán de protagonismo ya que ha conseguido hacer a un lado incluso a grandes intocables como Machine Head o Mastodon de mi Iphone, y eso es un mérito gordísimo.
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