lunes, 17 de diciembre de 2012

MURDER BY DEATH (2012) Bitter Drink, Bitter Moon

  
 
Habituales del blog, habituales en mi vida, evidentemente, me quité la espina de verlos en directo hace un par de años y disfruté en la sala Sidecar de Barcelona como pocas veces lo he hecho en esa pequeña sala, por otra parte, perfecta para su intimista y oscura propuesta en la que se entremezclan sin complejos el gótico, el folk y el western resultando en un híbrido tan misteriorso como precioso y único, Adam Turla y los suyos han vuelto y, como siempre, lo suyo es de órdago.

 

Como pasa con varios artistas, lo de los Murder By Death es especial por una razón muy concreta, saben dotar a cada disco de una nueva personalidad sin perder nunca su esencia y su sello tan característico, y eso hace de ellos una banda a la que siempre tienes ganas de hincarle el diente por eso de que, aún sabiendo donde te metes, nunca sabes bien, bien por donde van a salir ellos. Tener esa cualidad los hace aún más grandes de lo que ya son, quizás no por público, lo suyo es y será siempre el status de culto (o eso creo), pero la grandeza de sus discos y una carrera de factura impecable estan ahí para corroborar mis palabras.

 

De nuevo, el cello de la preciosa Sarah Baillet (necesario como el respirar en ésta banda) y la voz de Adam Turla (crooner a más no poder) ponen la guinda de oro a este pastel llamado Bitter Drink, Bitter Moon. Un pastel con sabores amargos y dulces, duros y emotivos, ayudados esta vez en gran medida por el multinstrumentista Scott Bracket, quien hace que la cosa se crezca por momentos hasta tal punto que vuelvo a poner en duda cual es el mejor disco de los Murder By Death. 

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