Volviendo al candelero con una portada que me ha dejado a cuadros, no espera algo así de ellos la verdad, estrafalaria como pocas e incluso algo dada al feísmo, la imagen de un Mosquito enorme intentando picar el culo de un niño punky, es rara hasta para ellos, pero si enima se hace de manera digital, el experimento todavía queda peor, suerto que lo único importante al fin y al cabo es la música que contiene, que por otra parte, no va con esa portada ni de lejos.
Karen O y los suyos ya le dieron una vuelta de tuerca al garage-punk de sus primeros dos discos en el 2009 con su tercera entrega llamada It's Blitz, con el que facturaron una obra más cercana a la música de baile que a las visceralidades de sus inicios, y aquí parece que han querido seguir en esa línea. Aunque nos encontremos con un Mosquito que tampoco es una progresión ni una continuación de su anterior disco, sino más bien con una fusión de sus dos personalidades envuelto en cieartas sonoridades tribales.
Todavía he de madurarlo más, pero tanto su impecable sonidazo, como sus impepinables hits automáticos, que tiene unos cuantos, me han convencido a la primera, por eso no dudo que este nuevo animal del trío maravillas se va a conviertir en otro de mis favis del año sin remisión. Yeah Yeah Yeah Yeah Yeah Yeah Yeahssssss!!!!.
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