Podría continuar perfectamente con mi fiebre francesa, en cuanto a rap se refiere sigo enganchado al estilo como la semana pasada, pero si algún disco podía romper esa racha, tenía que ser un disco especial, único en su especie y con una capacidad de impacto brutal. Pues bien, ha llegado, y de que manera, ese momento deseado, y los culpables de haberme apeado de mi adicción francesa han sido los jovenzuelos de Deafheaven, una de esas bandas tan amadas como odiadas por la que tengo especial predilección.
Después de un laureado, aunque excesivamente breve, debut titulado Roads To Judah y de una amplia gira teloneando a los titanes Russian Circles, ha llegado el momento para los americanos Deafheaven de firmar su segundo disco de estudio, esta vez largo de verdad con 7 composiciones y 60 minutos de duración, llamado Sunbather y, desde el primer momento, muy superior en todo a su predecesor. Teniendo en cuenta que durante su gira de teloneros ya ejecutaban las composiciones de su primer álbum mucho mejor que en estudio, el nivel obtenido durante este tiempo ha dado sus frutos y los ha convertido en una banda que ha pasado de altamente interesante, a absolutamente imprescindible con tan sólo dos entregas.
Difuminando mucho más sus influencias y desdibujando aún más las barreras entre estilos, lo suyo no tiene todavía definición posible o encasillamiento correcto. La base del black, no es ya tanto una base musical sino más bien un vehículo que utilizar en contadas ocasiones. Las melodías de las guitarras se tornan de un preciosismo tan brillante como el sol y el piano se convierte en el protagonista absoluto de muchos de los pasajes ambientales y románticos del disco. Pero lo más curioso de todo, es la utilización de esas desgarradoras vocales intentando oscurecer un disco que irradia una épica tan luminosa que casi te ciega.
Me da absolutamente igual como llamen a esto, si los meten en el black, en el emo, o con los puñeteros hipsters tan de moda ahora mismo, me la suda, esto es emoción y placer musical extremo en estado puro. Sunbather es de una fuerza tan arrolladora y de una belleza tan arrebatadora, que prácticamente podría decir que estoy ante uno de mis mayores triunfos del año. Quizás sea por que tampoco me esperaba este salto de calidad tan grande en una banda tan joven, pero la cuestión es que, ahora mismo, Deafheaven son mi banda favorita. Como dice un colega, Deafheaven son tipos serios, de la misma manera que lo es su música.
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