Hoy me he topado con este álbum por la red. No ha sido una sorpresa, ya que hace una semana empezaron a ponerlo en streaming para escucharlo en su propia web. La sorpresa (o más bien el susto) viene por qué los Jimmy Eat World siempre consiguen escarbar dentro de mi, su melancólica cadencia en las composiciones y su profundo carácter emotivo son siempre bien recibidos por mi alma, pero hoy, con una flojera emocional extrema, probablemente no era el mejor remedio para mi dolencia. Eso si, el mejor acompañante posiblemente si que lo sea, aunque sirva para regocijarse en la desgracia más que para salir de ella.
Acompañado por ellos en mi vida desde sus inicios, Jimmy Eat World es una banda a la que nunca, aunque me lo proponga, podré dejar de querer. Como decía, saben tocarme la fibra de una manera muy especial y, aunque mucha gente los tache como una de las bandas más sosas del rock actual, (eso es por que no habéis visto a Dead Cab For Cutie en directo, ni a los Jimmy Eat World en los días del Bleed American) yo sigo emocionándome hasta la médula con su emo-rock de alta calidad.
Siempre fueron una banda de medios tiempos, siempre, excepto en el nombrado Bleed American que subieron las revoluciones únicamente para la ocasión. Damage, hasta el título parece que me encaja como anillo al dedo hoy, recupera el carácter más reposado y reflexivo del cuarteto y nos remite directamente, salvando las distancias de la experiencia y de la época, a su mítico y seminal Clarity, un disco que marcó un antes y un después en la escena emo. Felicidades por los 20 años de trayectoria y espero que vengan muchos más y que los disfrutemos juntos.
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