Después de un fin de semana de lo más metalero, Sonisphere en vena con Newsted, Ghost, Iron Maiden y Anthrax en el punto de mira, tocaba relajar posturas. Y que mejor manera de hacerlo que nuestro querido Tricky Kid, jejeje, fijo que hace años que nadie le llama así. Si el otro día comentábamos que muy pocos artistas quedaban en pie de aquella escena downtempo de finales de los 90, hoy nos vamos 10 años más para atrás para situarnos en el llamado trip-hop, conocido sorbetodo por el famoso sonido Bristol.
No es que Tricky sea el único superviviente de esa época dorada de la electrónica inglesa, menos aún cuando Portishead está todavía dando giras y Massive Attack sigue sacando discos de lo más competentes, pero lo que si es seguro es que Tricky es al único al que se le puede poner la corona de rey sin apenas pretenderlo. Sacando discos con una regularidad que más quisieran otros, no hay disco del inglés que no suponga, para mi, una obra de arte con todas las de la ley. Donde otros ven una carrera catastrófica, el peso del Maxinquaye sigue siendo insalvable para muchos, yo veo un camino minado de gemas de incalculable valor.
Estoy seguro de que este Falsed Idols hará retomar la fe de muchos en él, merecidamente por supuesto ya que vuelve a construir las canciones y los espacios sonoros de una manera bastante familiar con respecto a sus inicios, pero para mi, únicamente con su tercer tema llamado Valentine, el cual contiene un sampler de mi cantante y trompetista de jazz favorito Chet Baker, ya me ha vuelto a ganar de por vida. Fijo que esto se encontrará entre lo mejor del año en el recuento final.
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