El hardcore y yo, yo y el hardcore, la misma historia de siempre. Un estilo del que acabé totalmente saturado durante los años 90 y al que acabo accediendo en contadas ocasiones en la actualidad para encontrarme con grupos que siguen haciendo exactamente lo mismo, más bruto, más sonoro, más rápido, pero lo mismo al fin y al cabo, que hace 20 años cuando la nueva escuela del hardcore irrumpió en escena con la fuerza de Strife, Hatebreed o Earth Crisis.
Pero, como siempre, me tengo que dar de bruces con mis palabras y comérmelas bien cruditas cuando me encuentro con bandas como Touche Amore, Modern Life Is War o estos recién descubiertos TRC, gracias a Jorge, pariendo respectivos discos enormes cada uno de ellos durante este año. Un año al que mucho le voy a tener que agradecer al hardcore por alegrarme tanto los días.
TRC es una banda de hardcore de Inglaterra que sabe condimentar sus perfectamente posicionados breakdowns extremos y sus continuadas baterías de riffs rompecuellos, con algún que otro rapeo muy bien parido y areas sonoras más propias de los referenciales Entrer Shikari de una manera tan explosiva y gloriosa que no he podido más que caer rendido a sus pies desde la primera escucha.
Esto suena añejo en su fórmula, el rap-metal o el rap-core están muy pasados de moda, de acuerdo, pero con ese toque tan actual y evidente que le ponen a la mezcla, tanto en sonido como en variaciones estilísticas, es imposible emparentarlos directamente con la época de Rage Against The Machine o Downset, aunque si que les he encontrado más de una similitud con los brutales E-Town Concrete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario