Después de despotricar de él en varias entrevistas cuando Lindberg decidió dejar la banda más de 20 años después de inquebrantable unidad punk, he leído entrevistas en las que la banda decía que Lindberg era el verdadero freno de la banda para ir más lejos y tocar más, parece que la oveja vuelve al redil, aunque bajo mi punto de vista el anterior disco con Zoli a las vocales y la consecuente giran que realizaron, se come a la mayoría de los últimos discos de Pennywise.
Pennywise es una institución del punk-rock americano, de eso no hay duda, y Lindberg una de las personalidades más conocidas dentro de la escena, pero hay que admitir que el que los disfrutó durante los 90, su época dorada, no va a encantrar nada más interesante que aquello en sus discos actuales, de eso tampoco hay duda. Pero eso no quita que si te sigue gustando el punk-rock noventero con velocidades de vértigo y canciones coreables a pleno pulmón, aqui sigue habiendo mucho de eso, por lo tanto, aunque sus discos actuales no sean mejores que los antiguos, dependiendo de tus ganas, algo parecido a lo de Madball, esto es muy muy disfrutable.
29 minutos de puro punk-rock de manual, al parecer han querido reciclar viejos temas que tenían en la recámara para el regreso de Lindberg, con ese aire cálido y alegre procedente de las soleadas playas de California, Hermosa Beach is da place!, acertando de pleno con unas composiciones urgentes, directas y crudas que encajan a la perfección en la ejecución más primigenia de sus inicios. Menos medios tiempos y más velocidad, esa es la clave del disco y Yesterdays su nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario