Tengo que admitirlo, convencerme con un disco de tan sólo 19 minutos después de extasiarme con cosas tan gordas y extensas como los Serpentine Path o las Mortals, tiene mucho mérito. Joyce Manor nos entrega su tercer disco largo de la mano de Epitaph por primera vez. El cuarteto de punk-rock melódico de California nos regala, con este Never Hangover Again, uno de los discos más redondos y perfectos para esos veranos cargados de saliba nocturna, sudor playero y amores fugaces.
Asentados cada vez más en un power-pop de carácter emotivo, su último disco de estudio está cargado de medios-tiempos melancólicos, sin negarle a los temas esa parte de frescura y bonitez con la que impregnan cada una de las composiciones del disco, lo único que puedo decir al respecto (lo diré todo lo técnicamente que pueda) es que lo de Joyce Manor es, simple y llanamente, de traca. Con un estilo propio y muy conciso, su mayor arma es hacer pildorazos pop de 90 segundos absolutamente redondos.
Estrofas cargadas de emoción y estribillos que se te graban a fuego, deseando corearlos en directo lo antes posible, es lo que nos ofrecen los Joyce Manor en este fugazmente perfecto Never Hangover Again, Espero que les vaya aún mejor en Epitaph ya que se lo merecen sobradamente. Una cosa voy a decir, hay alguien que me debe un corta y pega de esa portada sustituyendo las caras, aludidos a la página de facebook por favor.
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