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Hace tan sólo unos días comencé el libro NYHC 1980-1990. La década que marcó a fuego el punk y el hardcore de la ciudad de la Gran Manzana, una década en la que surgieron de la ciudad de Nueva York infinidad de grupos que traspasaban la velocidad y la contundencia del punk para adentrarse en terrenos más oscuros, más crudos, más violentos. Una escena liderada, entre otros, por gente como Agnostic Front, una de las familas del hardcore más visibles y originadoras de la escena de la Nueva York.
Roger Miret y Vinnie Stigma son auténticas leyendas vivas de la escena y juntos forman uno de los dúos más activos y regulares de la escena. Con sus adorados Agnostic Front llevan ya la friolera de 30 años sobre los escenarios de medio mundo presentando algunos de los discos más leales y representativos de la escena, su Victim In Pain del 84 es un clásico indiscutible y testigo imprescindible de una era y un momento concreto.
Su última época, en la que incluiríamos sus tres últimos discos, el Warriors del 2007, el My Life My Way del 2011 y este The American Dream Is Dead, es quizás la más fuera de lugar de todas. Han seguido siempre fieles a su estilo y a la escena, lo propio han hecho gente como Madball, y, por consiguiente, su estilo suena algo fechado y sobado. Aunque no por ello estamos ante discos malos, sin duda alguna su última época es la que goza de mejor producción y apertura de miras.
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