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Llevo dándole vueltas a lo último del colectivo canadiense GY!BE desde hace varios días y todavía sigo sin sacar una conclusión en claro sobre si es un discazo incomensurable o simplemente una obra tan abstracta e inclasificable que ni tan siquiera alguien como yo, ducho en la materia y amante incondicional de los Godspeed, va a ser capaz de descifrarlo del todo en tan sólo unos días. Suele ocurrir con los discos de este sumamente envolvente combo de rock instrumental, tan atmosférico como experimental, pero he de admitir que de un tiempo a esta parte han complicado su propuesta enormente desafiando y probando al oyente cada vez más con cada nueva obra que alcanzan en el estudio.
Una de las caratcerístas más notables de este Asunder, Sweet And Other Distress es, sin duda alguna, la imporesionante dronización del combo hasta niveles descomunales. Algo que ya habían anunciado en su anterior largo, Allelujah! Don't Bend! Ascend! del 2012, en el que el drone se hacía protagonista en algunos de los pasajes del disco y tomaba aún mayor protagonismo en directo, para su nuevo álbum, dividido en 4 cortes llegando a los 40 minutos de duración, tiene al menos 2 de ellos basados en gran parte en esta apreciación estilística llamada drone.
Para mi es un craso error, muestra inequívoca de ello es que el primero y el último tema, los dos más en la línea de su conocido y personal estilo, son indudablemente los mejores del disco, o por lo menos los más disfrutables con diferencia. No estoy nada de acuerdo con la evolución estilística a lo minimalista que está sufriendo el combo, pero de nuevo, vuelven a demostra que en lo suyo, o por lo menos por lo que llegaron a ser conocidos, no hay quien les pueda superar, lástima que el disco se quede al 50% por culpa de esas autocomplacientes secciones de drone restándole puntos en el conteo final.
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