Empezamos la semana con positividad, fuerza y energía. Una energía proveniente de Suecia y que viene de la mano de uno de las bandas de punk-rock más sólidas y referenciales de la década de los 90. Con siete discos a sus espaladas y más de dos décadas de historia, los incombustibles Millencolin han esperado la friolera de siete años para entregarnos su octavo trabajo de estudio, el graciosamente titulado True Brew.
Uno de esos discos que aunque salga de una banda consolidada y nos lo traiga un sello tan importante dentro de la escena punk-rock como lo es Epitaph Records, puede presumir sobradamene de estar realizado al más puro estilo DIY. Producido por el vocalista de la banda Nikola Sarcevic, registrado por la propia banda en sus estudios y con un art-work diseñado enteramente por el guitarrista Erik Ohlsson, tan sólo le ha metido mano al disco Jens Brogen para realizar la mezcla final en sus Fascination Steet Studios, dándole exactamente el carácter y el empaque que ellos le han querido dar.
Recordándonos quienes son pero sin olvidar quienes han sido, Millencolin nos proponen un disco al más puro estilo marca de la casa en el que compiten los hitzos punk de su primera época con los más rockeros y accesibles de sus útlimos discos, consiguiendo un equilibrio brutal entre las dos vertientes y rindiendo un claro homenaje a sus adorados Bad Religion, banda catalizador de todo lo que vino después. No soprenden, pero tampoco les hace falta con la insuperable bartería de hits incontestables que nos presentan en este True Brew. Ahora a esperar que caigan de nuevo por aquí como nos tienen acostumbrados.
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