Bebiendo con pasión y sin compasión del insuperable legado que han ido dejando a los largo de las dos últimas décadas de evolución musical bandas tan emblemáticas dentro del metal como los mísmisimos Paradise Lost, de los que cojen esa inconfundible melancolía con la que tiñen todas sus obras, los primeros Katatonia, en los que se reflejan claramente esas depresivas y a la vez luminosas melodías con las que inundan sus composiciones, o la inconfundible fórmula que originaron los Theater Of Tragedy allá por 1996 con su segundo disco de estudio enfrentando las hoy típicas voces guturales masculinas y melódicas femeninas y que los Draconian han seguido refinando hasta hoy elevándola hasta el Olimpo de los Dioses del Doom, hoy nos deleitamos los oídos con lo último de mis Dommsters melódicos favoritos.
Los Draconian han resurgido desde las heladas tierras suecas con su más trabajada y mejor obra hasta el momento. Después de parir la que parecía su obra magna en el 2008 con ese inconmensurable Turning Season Within, con el que tuve la suerte verlos finalmente en directo, me han dejado de una pieza al empaparme bien de este A Rose For The Apoclypse y darme cuenta que supera lo presentado anteriormente.
No contaba con que el disco me causara tal emoción, de antemano iba predispuesto a escuchar una obra menor que su predecesor y quizás hayan sido las bajas expectativas las que me hayan llevado a emocionarme tanto con él. Las guturales del cerebro de la banda Anders Jacobssen nunca habían sonado tan siniestras y tenebrosas como aquí y los angelicales registros de Lisa Johansson, que tiene mucho más pratgonismo que de costumbre, nunca habían sonado tan dulces y luminosos. Las largas composciones en las que alternan de manera justa, precisa y necesaria el death, el doom y el gothic nunca antes había adquirido tal grado de calidad compositiva, magnitud y accesibilidad como la presentada en los 10 temazos que componen esta nueva obra a tener en cuenta en el recuento final del año.
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