Ha llegado el momento de escuchar el cuarto álbum de una de las bandas más personales y peculiares del llamado occult rock actual. Hablamos nada menos que de los Sabbath Assembly, banda compuesta en su nucleo duro por David Christian (ndr. curioso apellido) a la batería y Jamie Meyers a las vocales, y completada por la variable formación de Eva Vonne a la viola, Kevin Hufnagel a la guitarra y Johnny DeBlase al bajo, los cuales nos dejaron una primera trilogía formada por Restored To One (2010) en el que era Jex Thoth la encargada de las vocales, Ye Are Gods (2012) y Quaternity (2014), de lo más ritualística y ceremonial, en el sentido más amplio de ambas, inspirada en los textos de The Process Church Of The Final Judgement. Un culto religioso de los años setenta que tomaba unos preceptos bastante diferentes a los del cristianismo para regirse y, por lo que dicen, es lo que ha día de hoy concemos como la Best Friends Animal Society.
Historias aparte, hay que admitir que el cambio de rumbo que le daban a su estilo en su primer adelanto del disco que nos presentaron hace unas semanas, dejaba a más de uno dudoso de que lo que se pudiera encontrar en este autotitulado cuarto disco de los Assembly, poco o nada tendría que ver con lo hasta ahora mostrado en su primera trilogía. Y no seré yo quien les quite la razón, del todo. Está claro que la inclinación metalera y clásica que le han dado a su nuevo disco impacta soberanamente de entrada, podría ser cualquier otro grupo menos los Sabbath Assembly que conocemos. Pero también es indudable que la capacidad vocal de la Meyers para meternos en los rituales más oscuros y la ambientación ocultista de sus composiciones, siguen emparentándolos de manera inquebrantable con ellos mismos y su trayectoria musical.
Una de las pegas que tiene lo de apearse de su ritualístico y ceremonial pasado es la pérdida de personalidad. Llegados a este punto, Sabbath Assembly se convierte en una banda más dentro de la enorme vorágine de bandas dedicadas al occult rock en la actualidad. Mis primeras impresiones han sido las de recordar muy fuertemente a mis adorados y tristemente desaparecidos The Devil's Blood, sensación que se ha ido disipando cada vez más con las escuchas consiguiendo pulir un sonido y una personalidad, muy alejada de la que los vio nacer, pero sólida y consistente por si sola. Tanto es así que consiguen destacar sobre el resto con bastante convencimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario