Si ya es difícil afrontar un disco de Slayer sin Lombardo, la banda decidió una vez más expulsarlo (de malas maneras) el pasado 2013 perdiendo así la cuenta de las veces que ha entrado y salido del combo el preciado batería, es casi imposible disfrutrar de este contundente Repentless sabiendo que Jeff Hanneman no volverá a pisar la faz de la tierra. A causa de un fallo en el higado, Hanneman llegaba a los infiernos el pasado 2013 dejando huérfanos de una guitarra a Slayer y dejando, también, a tres generaciones de fans de Slayer absolutamente destrozados. Su trabajo en Slayer es absolutamnete inspirador y referencial, quedando escrito a fuego en los libros de historia musical, de la misma manera que significaba una de las marcas imborrables del sonido y el estilo de una las mejores bandas de metal de toda la historia.
Lamentaciones aparte, Repentless es un buen disco, Slayer no creo que sea que sea capaz de hacer un disco malo en la vida, aunque el Diabolus tiene bastantes detractores, todo sea dicho. La adición de Gary Holt (Exodus) en sustitución de Hanneman y la del habitual Paul Bostaph a los parches, funciona a la mil maravillas, Holt ya ha realizado giras con ellos y Bostaph es prácticamente de la familia, pero es innegable que tanto el sonido como el estilo de la banda se ha visto afectado considerablemente y, al menos por mi parte, hecho demasiado en falta las virgerias y las contundencias de Hanneman como para poder valorar este disco como un paso a delante para la banda.
Puede que sirva como artefacto para orquestar una nueva gira y salir a tocar 3 o 4 temas de este Repentless y llenar el resto del repertorio con los clásicos más incendiarios de la banda de thrash más brutal y blasfema del planeta, algo con lo que muchos de sus fans de última hornada estarán contentísimos, pero creo que yo, en este punto concreto, me apeo de los Slayer para siempre. No iré al concierto con Anthrax, ya que los he visto varias veces a ambos y a los Kvelertak una vez, además de que el precio ya de entrada me tiraba bastante para atrás, pero escuchado lo escuchado en este Repentless, la decisión está tomada.
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