martes, 10 de agosto de 2010

BLOOD REVOLT (2010) Indoctrine



Gracias al maravilloso blog de carácter informativo (no hay descargas) que lleva nuestro compañero de Las Palmas Soulkiller he ampliado considerablemente mi discoteca metálica en los últimos meses. La árdua tarea que ejerce rebuscando en el underground más recóndito y ese don de palabra que tira de espaldas me han hecho descubrir incontables bandas (algunas con mayor suerte que otras) que de otra manera no hubiera tenido acceso a ellas o lo más seguro que no me hubieran llamado la atención lo suficiente por no estar acompañadas de un comentario en condiciones, se agradece mogollón el trabajo bien hecho. Blood Revolt es una de las últimas adquisiciones que he hecho a raíz de ver su comentario en The Tomb Of God y tengo que admitir que ésta sea quizás la que mayor impacto me ha causado de todas las jugosas recomendaciones que podemos encontrar en tan completo blog, sin desmerecer al resto por supuesto.

Blood Revolt vienen con los deberes bien aprendidos ya que sus quehaceres anteriores en bandas de la talla de mis adorados Primordial o los desaparecidos Axis Of Advance les sirven de perfectas credenciales para hacerse un hueco automático en una escena tan ampliamente poblada como es la del metal extremo. A las voces tenemos al imponente vocalista de Primordial A.Nemtheanga (Alan Averill), que nos presenta un registro que sin distanciarse totalmente de lo ofrecido en su banda madre consigue plasmar un carácter vocal mucho más crudo y visceral que de costumbre imprimiéndole a sus letras altas cargas de desesperación, rabia y locura propiciadas sobretodo por el concepto del álbum. Sus líricas cuentan la historia de un hombre cansado de la sociedad actual, que vive fuera de las normas y las leyes y que está dispuesto a cambiar las cosas desde dentro sacrificándose en el intento si fuera necesario, un viaje a través de las emociones y los sentimientos más oscuros de éste personaje imaginario. A la guitarra nos encontramos con Vermin (C.Ross), que tortura su instrumento de manera macabra y enfermiza a base de extraerle todo el flujo vital y convertirlo en un continúo quejido de dolor y hastío del que emana un sentimiento de maldad y violencia propia del más oscuro y sucio black metal. Uno de los puntos fuertes del disco son esas siniestras y desgarradoras melodías con las que, sorprendentemente, Vermin consigue engancharte a la primera. Y para finalizar, pero no por ello menos importante, a los parches tenemos al monstruoso James Read, capaz de jugar con tus neuronas de manera brutal aniquilándolas una por una a base de patrones de batería imposibles, cambios de ritmo radicales y blas-beats al más puro estilo metralleta, una auténtica bestia parda.

El sonido también juega uno de los papeles principales en el disco, concevido en todo momento como algo sucio y de regusto amargo se sale por la tangente rompiendo los clichés del género y añadiéndole altas dosis de sonido punk-crust a la mezcla consiguiendo un sonido impactante, compacto y original a la vez. Os puedo asegurar que se ha convertido en otro firme candidato a lo mejor del año.

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